Área de Espinas (Shadonic)

•Cambio (2/2)

—¿Vas a mudarte a Metropolis entonces?

—Posiblemente...lo estoy pensando todavía —El azabache logra esquivar el ataque de la murciélago tomando parte de su brazo, no pierde la concentración con ese entrenamiento—. Siento inconformismo en Sonic.

—¿Eh? ¿Cómo está eso? —Una voltereta hacia atrás le hace esquivar y finalizar con esa pequeña sucesión de golpes. Ambos se acomodan para hidratárse fuera del área.

—Realmente he visto comportamientos raros en él —Da un trago presionando la botella y vuelve a hablar el erizo, limpiándose las comisuras—; se muestra nervioso y entusiasmado cuando vuelvo y hace tres días que le conté sobre el hecho de mudarme...su rostro me mostró que no le agradaba la idea.

—Por un momento creí que él aplaudiría por haberse librado de ti —Sonríe la chica derramando un poco del agua sobre su nuca—. Supongo que se encariñó.

—Sonic siempre ha sido un erizo muy libre y energético, aventurero y solitario en ello. Mi teoría se basa en creer que este "cambio" de bandos y falta de altercados en Mobius le ha disminuido sus ánimos y aplastado el espíritu.

—...y que se encariñó contigo —Shadow gruñe por ese tono lisonjero que le marca su compañera, más ella no se inmuta con su reacción y ríe, limpiándose el sudor de su cuerpo con una toalla—. Negrito, tus especulaciones tan elaboradas me cansan pero, si tienes razón, ¿qué harás contigo? —Le brinda la toalla al azabache y prosigue—. Osea, ¿Dejarás a tu nuevo amiguito o prefieres quedarte ahí?

Sin expresión o preocupación aparente, Shadow se limita a ver el tejado, prosiguiendo a restregar la toalla por parte de su cuello y pecho. Parece que realmente tiene cariño por el azul, o de lo contrario, la decisión de marcharse y esas palabras que él le dio le serían de poca importancia.

—El faker ya no debe de quedarse tan sólo —expulsa dejando la toalla y el agua en el banquillo de aquel gimnasio—, ya se vuelve viejo y realmente le debo varias cosas así que...me encargaré de solucionar esto de la mejor forma.

Rouge lo deja con sus metáforas, girando y dándole la espalda para que continúen ambos ahora en un entrenamiento individual y de resistencia. Suponiendo que Shadow tiene su solución, ¿Cuál era?

Y mientras tanto, el azulado ha cumplido con el favor de su amigo guardián. El zorro rueda los ojos y tuerce la boca tras oír la anécdota corta de Knuckles narrada por Sonic y sin más remedio, pone manos a la obra una vez por todas. El erizo se queda en el taller sin más que hacer y para Miles eso no es molestia ni estorbo, por el contrario, la compañía le sienta bien.

—¿Shadow ya regresó? —pregunta Tails trabajando desde su mesa.

—Sí, hace tres días, todavía sigue vivo. —Una burla más, característica ya.

—Sin buscar molestarte...Sonic, ¿No te incomoda tenerlo ahí en tu casa? Bueno, el tiempo que pueda estar. —Aquél libro que hojea lo termina cerrando viendo la pasta, perdido en lo que ha dicho y cómo se lo ha dicho su amigo.

¿Molestia? ¿Qué significado logra tener esa palabra agraciada a lo negativo para él? Ninguno. Molestia no es lo que siente de tenerlo cerca, lo poco cerca y de corta convivencia que ha logrado tener.

Pero, ¿Qué más ha de describir el sentimiento que realmente le causa tenerlo en su casa?

—Creo amigo que no me produce nada. Es decir no...no me molesta —Sonríe viendo al zorro que, ha girado sobre su silla para verle—; no me cuesta nada tenerlo ahí, nos llevamos bien.

—Este ultimo año lo he notado, bueno, nunca hubo diferencias muy fuertes entre ustedes más que por esos planes y circunstancias que...ah, que tiempo, ambos siempre supieron qué hacer.