•Malestar (2/3)

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—No es grabe, Tails. No quiero que te angusties.

—¡Oh, por favor! Para que Shadow terminara llamándome queriendo que te viera en el consultorio y te acompañara... —insiste con su mirada clara hacia Sonic—, claro que era grabe.

—Sólo fue un exceso de comida, ya sabes como soy de tragón —Encoge los hombros, sonriendo de sus propia burla—. Vamos, Tails, no es nada.

El zorro no es menos ingenuo, y puede notar esos ojos ansiosos en Sonic qué, mira de vez en cuando hacia el camino del parque, donde diversos niños y familias disfrutan.

—Shadow me dijo ese diagnóstico, pero hasta parece que no se creyó ello del Doctor que te revisó, ¿No quieres ir con Quack para que ambos estén más...tranquilos?

—No es necesario, amigo, ¡Vamos! Estaré bien...debo dejar los chilli dogs por ahora aunque me cueste tanto... —expulsa Sonic con un tono melancólico, dejándose caer en la banca del parque con desgane.

Sol y nubes, algo cálido para el día. Prácticamente luego de ese "micro incidente" el azabache marchó con retraso a su siguiente orden de trabajo y por tanto, Sonic queda solo, una vez más, en donde ha de encontrar la mejor manera de amenizar esos días y sentirse pleno...

...ello no es tan posible recordando que, no puede acercarse a Shadow como lo desea.

La tarde se consume, eso hasta que a punto de empezar la puesta de Sol, el ojijade anda por el sendero a green hill, donde la voz de una conocida amiga le detienen.

—¡Sonic!

—¡Ey! ¿Qué sucede? —Alegre y quitando escenas de ella con su amigo, mira a la rosada con curiosidad.

Toma aire y se acomoda para poder orar—. Tails me dijo que estabas enfermo, ¿Qué pasó? ¿Te encuentras bien?

—Oh vaya, como corren las noticias —Gira sus orbes, jugueton—. Estoy bien, unos dolores de estomago y nauseas...

—Ven, pasarte un rato a mi casa que te preparo un té para que te siente bien, ¿O tienes algo que hacer? —Realmente es una pregunta aparentemente absurda. Él niega, muy ingenuo y desorientado, por lo que no se demora en andar acompañado de ella por el brazo hacia su casa.
Comienza a jugarle sucio su ansiedad nuevamente. Lo que bien podría ser las imágenes de ella junto a Shadow en vez de él con ese mismo erizo; teniendo charlas en desayunos, comidas, cenas, meriendas; algunos paseos e invitaciones por Möbius; celebraciones especiales que se comparten como tradición...todas siendo sustituidas por alguien que...bien conoce, no es él.

—¡Ey! ¿Qué piensas? —Sonic agita la cabeza con susto. Mira a Amy que le insiste con los ojos a que responda.

Ni si quiera nota que se ha sentado en el sillón pequeño de la sala, frente al televisor.

—Nada, mi estomago está...algo revuelto. —Miente. Pero no tarda en ser predicción ello. Ruidos dentro suyo le tuercen la boca.

—Aquí está el té. ¿No te han dado medicamentos? —inquiere la eriza sentándose a un lado—. Quizá la infección sea muy fuerte.

—No lo creo. Pero mejor eh...contarme sobre...ya sabes... —Balbucea tocando la taza con sus dedos ansiosos—. ¿Cómo te va?

—¿Hablas de Shadow? —El sonrojo de ella llega a ser tierno hasta para él—. No...no ha pasado gran cosa. Se ha vuelto a marchar y espero poder invitarle a comer algo aquí cuando regrese.

—Suena bastante bi-... —No termina la frase cuando regurgita con fuerza. Amy se pone de pie y decide ir por una cubeta con rapidez. El erizo tose queriendo evitar esa sensación desagradable e incontrolable.

—¡Ten! ¡Ten! No te preocupes sólo... Solo con calma... —Amy y su angustia le hacen parar.

—Maldita sea... —Aquella queja viniendo de Sonic era inusual. Su voz grave y enfadada...raras veces puede apreciarse—...por qué a mí...

Aferrado a la cubeta y bajando completamente al suelo, termina por expulsar no más que jugos gástricos y algo de liquido indefinido junto a varios pétalos pálidos de tono rojo. Él quiere evitar que la eriza los note, pero le resulta algo imposible tras ver como un par se desborda y cae a las orillas del balde.

—...¿Es...? —Oye el cobalto y se endereza alejando la cubeta a otro extremo.

Respira muy lento y concentrado. Cierra los ojos para tener más control y tranquilidad queriendo que la sensación desagradable desaparezca pero esta se mantiene y le causa una desagradable tos ante el picor en su garganta.

—¡Sonic! ¿Cómo es posible? —Está consternada. Realmente tiene un poco de confusión por el estado de su amigo y por ende, explora con su dedos ambos pétalos que ha colocado en su palma—. ¿Por qué esto está en tu estomago?

—No sé, no...no sé que es... —Agitado y con los ojos llorosos, carraspea sin lograr quitar esa sensación de comezón en su garganta.

—Tienes que ir con otro médico. No creo que esto sea de una infección.

—¡No! Amy por favor no es...no pasa nada... —Vuelve a toser con incomodidad, extienda una de sus manos para tranquilizar a su amiga—, se me tiene que pasar, ¿sí? Se me va a pasar...

Su voz vuelve a ahogarse en una arcada, una que esta vez resulta mas alarmante y escandalosa para la rosada que hasta la lleva a soltar un jadeo de susto.

No puede terminar de vomitar porque algo se lo está impidiendo. Un terrible rostro exhausto y pálido empieza a colorear a Sonic por no poder lograr respirar. Algo está atorado en su tráquea.

Su desesperación es tan grande que golpea la mesa, derramando el líquido de las tazas y soltando una fuerte patada a las patas de la silla. Y a pesar del espectáculo y todo ello, Amy no pierde la concentración y busca la forma de ayudarle parándose detrás de él y apretando su vientre por su cintura.

Pero al no lograr que Sonic escupa lo que sea que se le ha atorado empieza a sentir el cuerpo de su amigo erizo más flojo; con el peso sobre ella.

Él ha perdido el conocimiento.

Área de Espinas (Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora