Después de todo aquello mi tío político William se encargó de mi. Él era el único hermano de mi padre y pues mi madre había sido hija única. Casualmente, mi tío era parte del grupo de investigación forense de la policía del estado, con alrededor de unos 45 años, estaba divorciado y no tenía hijos. Vivía solo en una casa que quedaba bastante alejada de la ciudad cerca de un bosque. Lo más próximo que se podía encontrar era una gasolinera de entrada de nuevo a la zona poblada del estado, ésta tenía un restaurante y unos dos abastos donde vendían golosinas, revistas y repuestos para autos.
Mi tío fue un gran apoyo, me impulsó a terminar la secundaria, me llevó a todas las consultas psicológicas necesarias, probamos diferentes tipos de psicólogos, diferentes tipos de terapia hasta encontrar la que mejor me resultara. Con él nunca estuve sola, creo que depositó en mi todo el amor y protección que pudo haber dado a un hijo si lo hubiese tenido.
Sin embargo, tenía ya 18 años, mi tío me había dejado tomarme un año sabático hasta cumplir los 18. Me había dicho que me dejaría por mi propia cuenta solo si a los 18 comenzaba la universidad y que como eso sería lo último en lo que me dictaría que hacer, me dejaba un año para pensar en cómo quería organizarme.
Por mi parte, apenas terminé la secundaria hice exactamente lo que estuve esperando hacer.
Me introduje en el mundo de la investigación, pero no de cualquier tipo, sino investigación policial. Hice unos cuantos cursos de investigación forense y en algunas ocasiones ayudaba a mi tío con su trabajo. No demasiado, solo en casa porque aún era menor de edad. Fue así como comenzó toda ésta etapa sin frenos en mi vida.
Comencé la universidad justo a mis 18, tal y como había exigido mi tío William. Para mi a veces resultaba un poco estresante que siempre me dijera que tenía que hacer, me sentía controlada de alguna manera a pesar de que sabía que era por mí bien.
Llegó el primer día de clases, o algo así ya que realmente no iba a estar en una universidad como tal. Me había decidido por entrar en la policía y está no era una carrera común.
Esa mañana el clima estaba algo frío y un poco de lluvia caía sin ganas de entre los árboles. Mi tío me esperaba como siempre calentando el motor de su camioneta.
— Camila, ¡Ser impuntual tu primer día no te dará una buena primera impresión! — Gritó mi tío en un tono gracioso desde afuera de la casa.
Lo que no sabía es que ya estaba lista desde que el encendió el auto, solo que estaba asegurándome de que todo el uniforme estuviese en perfecto estado.
— Ya estoy lista, ¿Nos vamos? Tenemos unos 20 minutos para llegar de sobra — Dije saliendo de la puerta principal algo apurada.
— ¡Por Dios mírate! Casi pareces mi jefe — Dijo detallando mi vestimenta.
— Vamos Will, no estoy para bromas, quiero llegar a la hora en punto — Dije mirándolo sería — Ni más ni menos — Agregué.
— Bueno, bueno, vamos ya.
El camino se me hizo algo tedioso, la verdad estaba muy ansiosa por comenzar pero debía mantenerme controlada, mantener todo en orden, quería que todo saliera perfecto.
Llegamos justo a la hora en punto. Saludé con decisión a los policías encargados de amaestrar y enseñar a el nuevo grupo de novatos donde yo estaba incluida. Me miraron extrañados por mi valentía ya que muchos solo los miraban de lejos esperando sus órdenes.
Hicimos una formación al estilo militar, nos dieron la bienvenida y nos dictaron las reglas principales dentro de la institución mientras estábamos parados firmes. Luego nos pasaron a una especie de salón pequeño donde nos indicaban temas de primeros auxilios, métodos de prevención de casos y temas básicos de los cuales ya tenía mucho conocimiento adelantado.

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CAÍDA
TienerfictieCamila es una chica de 18 años, dependiente de su tío William que ha decidido ingresar a la policía con el objetivo de transformarse en una investigadora policial profesional, todo esto motivado al repentino asesinato de sus padres y la huida exitos...