1-. Huyendo de Casa

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La joven escritora logró escapar de casa cargando su maleta y con su bolsa a un lado. Viajo hasta la divina Levianta, logró entrar al país donde la nieve tenía cubierto todo. Vio una posada y fue corriendo hacia ella.

- Buenas noches, quiero un cuarto por favor....-pidió mientras se registraba y pagaba con las monedas que había logrado ahorrar.

- Con gusto linda niña-hablo el hombre amablemente mientras le entregaba la llave. Ella la tomó y fue al número que le habían asignado. Llegó a su cuarto y se quedó sorprendida al ver que era pequeño el cuarto asignado-....disfrútelo-hablo el hombre mientras se retiraba.

Viajo por todo el pais, hasta conocer a un adolescente, quien le contó toda la historia de Vanak Conchita.

- Al estar poseído por un contenedor del pescado en forma de copa, este mismo lo convirtió en "El Devorador Del Mal"-hablo tratando de asustar a la niña quien solo lo miraba sin comprender

- ....los contenedores no existen, además, fíjate que no creo tu historia-le dijo mientras se retiraba.

Ese mismo día se dirigió hacia Asmodean, pero por mala suerte u otra cosa, le fue prohibida la entrada. Ella sacó algunas monedas y logró sobornarlos, permitiéndole el paso la menor, quien avanzó junto a su fiel maleta.

Llegó a la Qué una vez fue la mansión Venomania que está en Lasaland, más nomencontro nada en ella. Fue cuando en cierto momento se encontró con un grupo de mercenarios.

- ¡No hice nada!-hablo soltando su maleta espantada y alzaba su manso en paz al ver que la apuntaban con espadas.

- Tranquila, solo nos sorprendió ver a una pequeña niña indefensa por aquí-hablo el que sería el lider. La llevaron con ellos y le enseñaron la más adecuada esgrima y como autodefenderse.

- Gracias, fue agradable su compañía-agradeció la menor despidiéndose de sus nuevos amigos. Emprendiendo su viaje una vez.

Cruzo Lucifenia, pero fue restringida solo por el si olé hecho de ser extrangefa.

Soltó un suspiro y viajo hacia el imperio Beelzeniano.

*-.-*

Llegó a la Fortaleza Retasa, donde se registró en la posada Pabellón Media Luna y se quedó Hay durante tres días, hasta que se preparó para ir a la puerta? Fue que estando tan distraída, su sombrero salió volando.

- ¡AAAAHHH!-grito comenzando a seguirlo sujetando su maleta.

- Lo tengo~....-una mano fina logró atrapar el sombrero, una soldado rubia miró a la dueña y se lo entregó

- Muchas gracias...-agradeció algo apurada

- De nada pequeña....-dijo la rubia amablemente antes de verla salir corriendo.

*-.-*

Yukina llegó corriendo a la puerta principal. Pero le prohibieron entrada.

- ¿Porque no me dejan entrar?

- Problemas militares, no te daremos detalles-Espero furioso

- Marlon debió tener problemas al controlar guardias como usted-hablo molesta.

- ¡¿Como me has llamado?!-estalló furioso. El otro guardia que se mantuvo en silencio se colocó a su altura.

- Pido disculpas, es solo que todo es clasificado.-sintió como la menor le dejaba monedas de oro en la mano.

- ¿No hay manera de que pase?-el le devolvió el soborno amablemente, cerrando la pequeña mano de ella.

- La Comandante Mouchet me mataría si se entera que acepte. Esa mujer es un demonio-le dijo con miedo tan solo imaginarse a esa mujer enfadada. Vio a la menor tomar de vuelta su maleta y se iba de regreso a su posada.

Saga del Mal (Parte dos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora