Día 20: Estrella

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Era una noche hermosa a los ojos de un chico peliverde aunque su corazón no sintiera lo mismo llevaba fallando años en lo que al amor se respecta, pero no quería rendirse, cerro sus ojos esbozo una hermosa sonrisa, juntos sus manos y pidió al cielo mejor dicho pidió a la primer estrella en el firmamento que cumpliera su deseo de un amor sincero.

Después de un rato en esa posición escucho el sonido de una rama siendo pisada se puso en alerta más no se movió quería saber que era lo que ocasionó tal ruido.

Escucho una leve y pausada respiración seguida de un grito viniendo de los arbustos a su derecha, estrecho los ojos tratando de enfocar que pudo haber ovacionado tal ruido, más nada se escucho, se puso de pie y avanzo sigilosamente.

Al llegar al lugar de donde provino el ruido, sintió un poco de miedo más no se retiro como su instinto se lo decía, siguio avanzando, al estar cerca sintió algo tumbarlo.

— ¡Aaaaaaah! — grito tan fuerte que se escucho a kilómetros.

— Guarda silencio — dijo un joven bicolor acomodando un cuchillo en su cuello eso hizo que sudara del miedo.

— ¿Qué? — susurro el peliverde, esto es peligroso penso.

— Quieto o te mato — dijo el joven fríamente — Ahora dame todo lo que traes — dijo presionando más el objeto metálico en su cuello.

— L...lo si...sien...nto... No es mu...ucho... — tartamudeo del miedo que sintió al observar la bella pero fria mirada del joven.

Sintió algo cálido en su pecho al ver esos hermosos ojos heterocromaticos que poseía el muchacho albino, de complexión delgada muy descuidada para su edad.

— Soy Izuku — dijo temblando.

— Nadie pregunto tu nombre — recibió como respuesta — Además no me interesa saber quien eres — empezó a buscar en los bolsillos de la ropa del peliverde.

— No preciones tanto duele — dijo asiendo gesto de dolor.

— Lo siento no me di cuenta — respondio serio.

— No te preocupes — dijo Izuku dejando el miedo a un lado — tienes bonitos ojos — dijo sonrojado.

Tal declaración dejo al bicolor extrañado quien en su sano juicio decía eso, sintió algo cálido en su pecho pero no le dio importancia, debía terminar con esa tarea estaba durando más del tiempo estimado.

Así que más rápido busco más no encontró nada, sólo una simple hoja de papel, la saco y empezó a verla, Izuku se sonrojo al saber que era y quiso quitársela más el joven siendo más rápido no lo permitió.

— Debió doler — susurro — lo siento — le regreso la hoja quitando el cuchillo del cuello que había cortado un poco.

— Hmmm — nego con su cabeza — Ya no importa — bajo la mirada sonriendo levemente — creo que nunca fue para mi — volteo al cielo viéndolo lleno de estrellas — pero creo que me eh vuelto a enamorar — soltó una risita.

— no es luego — dijo sin entender.

— Lo se pero... — se quedo callado — pedi un deseo y se me hace cumplido — sonrio cerrando sus ojos mientras sacaba la lengua en un gesto juguetón.

— ¿De quien se enamoro? — pregunto sintiendo sierta molestia pero sin saber que significaba.

— De un joven hermoso que me eh encontrado esta noche, tiene unos bellos ojos, además de un bello y sedoso cabello pero... — suspiro — no creo que le interese — dijo callando.

— ¿Cómo sabes eso si no le hablado dicho? — cuestiono el joven sintiendo su pecho estrujarse.

— Me gustaría llevarlo conmigo enamorarlo sacarlo de la vida que lleva — dijo viendo a los ojos al joven.

— Entonces hagalo no se detenga — aconsejo sin saber que se trataba de él.

— ¿Quieres venir conmigo? — dijo el peliverde extendiendo su mano hacía el joven bicolor.

— ¿Yo? — se señalo y volteo a los lados, desprendiendo una inigualable inocencia que a los ojos de Izuku era muy linda.

— Si, vendria conmigo y saldría de estas cosas — decía sonriendo.

— No puedo — dijo bajando la mirada.

— ¿Por qué? — pregunto un poco triste.

— Lo eh atacado y aun así me invita con usted — suspiro — como puede confiar en mi — dijo cerrando sus ojos.

— Eso no importa en este momento luego arreglaremos esos detalles, por favor venga conmigo y prometo hacerlo muy feliz — dijo sonriendo.

— De acuerdo — acepto — pero si intenta algo extraño o me esta engañando lo matare — advirtió seriamente.

— Acepto las consecuencias de mis actos — se dieron la mano e Izuku y el joven avanzaron por el bello sendero a la luz de la luna y las estrellas.

— Shoto — se escucho el nombre del joven entre el sonido del viento.




Continuara

Reto de escritura 30 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora