ocho días antes.
Desperté cuando comencé a sentir algo sobre mi brazo izquierdo, algo punzante. Me volví hasta quedarme sentada sobre el colchón que pronto reconocí como camilla y observé la situación con la boca seca. Frente a un agradable ventanal estaba Jay, tenía su mano sobre el mentón y no quitaba la mirada de la vista gris que aún permanecía fuera; a su lado sobre un sillón, que podrías describir con casi cualquier adjetivo menos cómodo, descansaba mi Amelia, tenía una chaqueta de cuero que asumí era de Jay y tenía estiradas sus piernas sobre un pequeño banco de madera.
Aún me costaba comprender que estaba sucediendo, honestamente, no tenía idea si aquellos pensamientos eran situaciones reales. no sabía qué era real y qué no.
— Por dios Maia —los abrazos de Jay me rodearon de forma repentina y creo que una parte de mí lo agradeció porque comencé a llorar con dolor, como si nunca lo hubiese hecho.
— ¿Me pueden explicar que esta pasando? No... No entiendo, tengo muchas cosas en la cabeza, ninguna tiene sentido.
— Maia, —Amelia comenzó a hablar pero parecía que las palabras no surgían— ¿no recuerdas nada?
— No lo sé, tengo imágenes borrosas y una de ellas es un accidente y... —los observé y ambos bajaron la mirada— ¿Tuve un accidente? ¿Dónde está mi papá?
Comencé a desesperarme y mis ojos se volvieron vidriosos. Estaba cansada, mi cabeza dolía.
— Hace un día tuvieron un accidente, vos y tu papá, por alguna razón tu mamá allí no estaba, pero llegó mas tarde a la escena. Chocaron contra un camión y tu papá... Está en estado crítico ahora, no saben que va a pasar.
¿Por qué él estaba en estado crítico y no yo? ¿Por qué a él y no a mi?, distintos escenarios empezaron a aparecer en mi mente, ahora todo encajaba un poco más.
— ¿Por qué él estaba en estado crítico y no yo? —no controlé las palabras que salieron de mi boca y Amelia me miró con sus ojos oscuros bien abiertos.
— Por favor no repitas eso de nuevo.
— Te has desmayado cuando viste que tu papá estaba en la camilla, hace rato. Lo llevaron a opraciones porque algo que no entendí muy bien sucedio —hizo una pausa—. Vos saliste ilesa y pasaste la noche a su lado, pero como su cuadro es más complicado era predecible que necesitara cirugía, pero no te preocupes nos dijeron que no se trata de nada preocupante —Jay sonrío reconfortante.
Lo era, en parte lograba ser un poco reconfortante e intentaba pensar no es nada grave.
(...)
Una enfermera cruzó la puerta con una bandeja llena de comida, que dejó sobre una mesa y acercó hasta mí. Por alguna razón comí muy poco, un pequeño tarro de gelatina fue lo único que entró en mi sistema por un largo tiempo. En el tiempo que estuve recostada miramos dibujos animados sin embargo, no tardaron más de 2 horas en darme el alta, cerca del mediodía, ya estaba libre de suero. Había pasado todo un día dormida, no habia tenido complicaciones y me permitían irme para no estresar más mi cuerpo, igual dijeron que vuelva al otro día para hacer chequeos.
Amelia se disculpó porque debía almorzar con su padre nuevamente, si le decía que me había estado acompañando en el hospital, la mataría incluso si se enterara que la mañana que dejó a su hija en el colegio ella nunca entró.
Éramos sólo Jay y yo. Decidimos ir por algo de comer antes de subir a la terraza del hospital, almorzaríamos allí, porque estar metidos ahí dentro casi nos enfermaba. Aún no nos decían nada de mi padre, sólo una vez nos dijeron algo así como: "quédense tranquilos, ya pronto les informaremos sobre él, hasta ahora sólo puedo decirles que todo se encuentra más que bien". Ambos estábamos muy cansados para discutir, así que nos tomamos un tiempo fuera.
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Amelia [editando]
General FictionEn la tierra de los demonios ella era parte de los ángeles terriblemente lastimados por aquellos crueles tiranos. Amelia nunca conoció el amor genuino. Para ella es todo o nada ¿podrás estar con a ella hasta la muerte? Inspirada en la canción de Sk...