Capítulo 5: Humana trepadora

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Pasaron unos días y para mi sorpresa me integré bastante bien en la guardia. Miiko aún no quería darme misiones, pues, según ella, para eso me hacía falta aún mucho más entrenamiento, por lo que solo me daba misiones que se realizaran por el Cuartel General y el refugio, como era ayudar a los purrekos en sus tiendas.

Conocí mejor la zona donde iba a vivir por un tiempo, pues me negaba a creer que me quedaría atrapada en Eldarya para siempre. Explorando las zonas del mercado y del refugio me di cuenta de la cantidad de tiendas diversas que tenían, no solo de purrekos, también pequeños comerciantes. Había bares, escuelas, tiendas de muebles en madera, pequeños herbolarios, algunas tiendas de ropa, para familiares e incluso, en una de las zonas más apartada había un local para adultos, en donde daban bailes y seguramente otros servicios para hombres y mujeres.

Había plazas y jardines amplios, donde los niños salían de la escuela y se sentaban a jugar junto a sus familiares. Había un riachuelo para mojarse los pies y recibir un frescor. Era un pueblo grande, muy grande.

Como Miiko había dictado, comencé en la Guardia Sombra. Esta se dividía en tres rangos: novato, medio y experto. Por lo que comencé en el rango de novato, un rango que Nevra no entrenaba, delegaba ese papel a otros guardianes, él era el encargado solo del rango experto.

Ese era uno de los motivos que hacía que se reuniera conmigo con frecuencia después de cada entrenamiento, al no poder dármelos él, se encargaba de averiguar e indagar como iba yendo, y para su asombro y el mío, iba bastante bien. Tanto era así que a la semana y media de comenzar me subió de rango con una pequeña prueba que pase bajo su total asombro.

– Es increíble, no llevas ni dos semanas en la guardia y ya estás en nivel intermedio, eres realmente sorprendente, y eso que aún no te ha tocado entrenar conmigo...– Nevra me miraba mientras comíamos en la cantina, a lo que sonreí satisfecha. Pero en verdad los entrenamientos de novato no eran muy complicados, estaba acostumbrada al ejercicio por las clases de baile, al igual que a la flexibilidad y agilidad que requerían.

Ya se había vuelto una costumbre comer con los tres jefes de guardia. Al comienzo me sentaba sola, pero Nevra me fue invitando a la mesa donde estos comían y siempre intentaban hablar conmigo, pues la mayor parte del tiempo me mantenía callada y atenta a todo.

Había conocido al cocinero, cuyo nombre es Karuto, un sátiro un tanto gruñón, quien portaba siempre un delantal bastante sucio y descuidado. La comida que realizaba no era realmente buena, parecía siempre la misma comida, un plato de la pobreza medieval, algo que realmente podía quitarle el apetito a cualquiera, pero con los días entendí el porqué.

Los jefes me habían contado que la tierra de Eldarya era estéril para plantas alimentos de mi mundo y los alimentos que nacían en Eldarya no nos ofrecían los nutrientes necesarios para vivir de buena manera, solo aportaba nutriente a los familiares, aunque usaban esos alimentos para aportar sabor y crear caprichos. Por ese motivo la comida era racionada, aunque no podían explicarme como obtenían esa comida, algo que me extrañó demasiado, pero no quise indagar más.

– Lo increíble es que tu guardia sea tan inútil como para que una estúpida humana les suba de rango en unos días, es una humana trepadora – dijo Ezarel mientras comía gachas con miel.

– Ten cuidado no vayas a demostrar lo inútil que eres cuando esté yo en tu guardia – le dije a Ezarel de forma retadora, en pocos días me di cuenta que este elfo era un adicto a la miel y a meterse con los demás, por lo que no dudaba en divertirme con él devolviéndosela siempre que podía. Se notaba que no estaba acostumbrado a eso.

– Siempre te las devuelve amigo – Valkyon nos miraba con cara divertida mientras yo le quitaba la miel a Ezarel y este me pegaba en la mano para que no la tocara – Ya era hora que alguien te comenzara a responder.

Otro mundo [Libro 1][Eldarya][Nevra][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora