Capítulo 9: Un ente azul

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– Nevra –

Miré divertido a Ezarel y a Elizabeth, quien no evitó reírse por la bienvenida que acababa de realizarle. Ezarel en cambio no le resulto divertido.

– Déjate de tonterías Nevra, te dije que bajaríamos hoy ya que florecen las amatistas nocturnas – gruñó Ezarel apartándome con su brazo y caminando hacia la parte más oscura de la estancia.

Observé como Elizabeth saludaba con la mano a Karenn, Chrome y al parecer a Marcus ¿Desde cuando conoce a este chico? La miré sin comprender demasiado.

– Me encanta verte en mi territorio gatita – le regalé una sonrisa.

– Ya he estado aquí – me apretó las mejillas con su mano.

– Ya...– le quité la mano lentamente y la besé – Pero nunca habías estado conmigo.

– Siempre molestas a mi guardia. Déjala tranquila – gritó Ezarel – ¡Y tú! ¡Vente ya!

– Lo siento, el duende me llama – se rió.

– ¡Te he oído ingrata! – le gritó Ezarel y por las risas de mi guardia ellos también.

– Venga chicos sigamos entrenando que últimamente estáis muy flojos – caminé entre los de mi guardia observándoles Chrome aléjate de Karenn ya te lo dije...– tanto el lobo como mi hermana me iban a reprochar, pero les hice un gesto para que se callaran.

Me apoyé en una de las columnas que tenía la cueva observando a mi guardia entrenar, pero mi vista se iba cada dos por tres hacia Ezarel y Elizabeth, estaban tan cerca el uno del otro que no pude evitar sentir cierta envidia.

Ella había sacado su cuaderno y estaba dibujando lo que le señalaba Ezarel. Agudicé bastante el oído.

– Ves...Esta flor está compuesta por pequeños cristales morados, florecen dos veces al mes y solo crecen con luz tenue o en la más absoluta oscuridad, por eso están aquí abajo.

– Es realmente hermosa – vi como ella acercaba la nariz – Tiene un olor difícil de explicar, no es nada desagradable, pero es muy penetrante.

Me quedé observándola un rato, estaba de espaldas a mí y podía contemplar bien todas sus curvas. A diferencia de la última vez que me quede mirándola, hoy tenía un vestido corto que le llegaba más arriba de las rodillas y reafirma su cuerpo. Siempre que se agachaba para analizar las cosas tenía cuidado de que no se le viera nada ¿Por qué? Mejor dicho ¿Por qué estoy pensado en ver más allá? Moví la cabeza de un lado a otro intentando despejarme.

Volví a situar mi vista en mi guardia, pero, como un magnetismo, volteaba el rostro para observarla mejor.

– Los tallos de esta flor sirven para pócimas o pomadas medicinales, los cristales de la flor tienen efectos más agresivos – le seguía contando Ezarel, vi que estaba buscando algo entre sus bolsillos – ¡Nevra! – me llamó y alcé la cabeza en su dirección disimulando que no les estaba prestando atención. – ¿Tienes las llaves de la entrada del calabozo?

– No, creo que las tiene Jamón, pero no sé dónde está.

– Mierda – él la miró – Bueno quédate terminando eso, yo voy a ver si encuentro a Jamón, si no bajo en diez minutos tendríamos que dejar esto para otro día y así bajamos a ver lo que hay en el calabozo y la entrada subterránea que seguro que te va a resultar interesante – ella asintió y vi como Ezarel subía las escaleras.

Observé como ella se sentaba en el suelo de la sala y ponía su libreta sobre sus piernas y mientras dibujaba o escribía tomó el mechón de cabello con el que siempre jugaba. Un gesto que cada vez más me encantaba observar, por lo que decidí acercarme a ella.

Otro mundo [Libro 1][Eldarya][Nevra][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora