➳Capítulo Dos.

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Lo que restó del día, ni el muchacho de cabello claro o su grupo de amigos me dirigieron la palabra.

Había pasado el receso, el almuerzo y la última clase lejos de él, lo que si pude ver en la salida es como Jaime intentaba cubrirlo siempre que alguien intentaba acercarse, tenía miedo de que le hagan daño.

Yo estaba seguro de que Víctor Fuentes era un ser maravilloso, y no sé por qué es que tengo esa idea de él, supongo que es mejor no conocer del todo a alguien porque así puede ser quien quieras que sea, gracias a la misma imaginación.

Así que llegué a casa con una sonrisa estúpida plasmada en la cara, mamá me preguntó que tan bien me había ido y le conté detalle por detalle todo lo que me había pasado, antes de que me diera cuenta, ella ya me estaba regañando por mi comportamiento, no era mi culpa no saber relacionarme, ¿o sí lo era?

Acabé encerrándome en mi cuarto para escuchar música tranquilo, para mi suerte podía estar haciendo una masacre en el segundo piso y nadie de la planta baja se enteraría.

"Killpop" de Slipknot había comenzado hace pocos instantes, estaba cantando detenidamente y justo cuando suena "We were meant to be together" sonreí como idiota, imaginado a aquel chico de tez no muy oscura a mi lado ahora mismo, cantando aquella parte mientras me miraba fijamente como en la mañana, pero con un gesto risueño en lugar de aquella mueca triste que era característica de su ánimo. Y aunque la canción tenía ese aire melancólico que a muchos les deprime, a mi ahora mismo no me afectaba en lo más mínimo, me sentía feliz.

Vaya a saber cuánto tiempo me pase escuchando música, cuando vi el reloj a un lado de mi cama marcaba las 10 p.m., mis ojos rodaron al oír un grito de mi madre que interrumpía la voz de Kurt Cobain en "All Apologies".

Luego de apagar el reproductor y con pasos lentos bajé de mi "cueva", como la mujer que me crió le gustaba llamarle.

La cena fue bastante tranquila, las pocas palabras que intercambiamos fueron para saber cómo le había ido en el trabajo hoy, y como todos los días acababa reprochando que trabajar en una inmobiliaria era difícil. Tan solo le asentía a todo lo que dijese, yo no tenía ni la menor idea de que era trabajar, así que no podía entender siquiera que era lo malo de aquello.

Lo que restó de la cena no volvimos a hablar, le ayudé a llevar los platos sucios al lavabo y volví a mi habitación. Apenas llegué me quité la ropa que llevé todo el día y la intercambié por mi pijama, me recosté y pronto caí en un sueño profundo.

Mi reloj marcaba las 6:50 a.m., el despertador no sonó, ya una tarde para asearme y me habían llamado unas dos o tres veces para que bajara por mi desayuno. Así que me vestí con lo primero que encontré: un jean negro, unos converse del mismo tono y una camiseta con el logo de Foo Fighters en color rojo, tal vez tenía suerte y Víctor lo notaba.

Tuve poco tiempo para delinear mis ojos y acomodar mi cabello, sabía que pronto debía decolorar nuevamente los costados de mi cabello, o tal vez cambiar el color. Daba igual, a quien le importaba si se me notaban las raíces, ¿Quién iba a mirarme?

Bajé lo más rápido que pude ya que me demore bastante, comí la mitad de una tostada y apenas un sorbo del chocolate, saludé a mi progenitora, me coloqué mi chaqueta junto con mi mochila y me fui literalmente corriendo.

Llegué tarde, antes de que pudiera sentarme en la escalera y escuchar música ya habían tocado la campana y todos estaban ingresando.

El grupo del que tanto quería hacer parte apenas llegaba. Víctor lucía tan hermoso como siempre, no supe si acercarme o no, aunque sin poder decidir, ellos ya estaban pasando en frente e ingresando al inmueble. Quería correr, gritar, o tal vez llorar; era mucha presión para mí.

Tony y Mike me saludaron con la mano y tan solo sonreí como respuesta, los otros dos lucían distraídos por lo que no iba a esperar que me saludaran o incluso vieran, entré a la institución, y como comúnmente hacía, acomodé los libros que necesitaría en la primera clase del día dentro de mi mochila y dejaría los otros en mi casillero, sabía que me tocaba Lengua Castellana con Jaime.

Aún estando de espalda a los demás estudiantes, sentí la mirada de alguien sobre mí, algo que era bastante extraño.

-¿Te gusta Foo Fighters?- pude reconocer esa dulce y suave voz, el aroma de su colonia se sentía algo fuerte en mi nariz, era él.

Bien sabía que llevaba esa remera para lograr que se fijara en mi, esperaba que no se diera cuente de aquel detalle tan estúpido.

-Dave Grohl es mi mayor ídolo. -Dije con un tono sutil, oí una risa suave, apenas audible pero a la vez algo escandalosa, la pude detectar como suya y me voltee, fue justo a tiempo para verlo todavía con sus ojos achinados y su sonrisa mostrando sus dientes hermosos que le daban ese aspecto combinación de niño y adulto que me encantaba. Logré hacer reír al chico que me gusta, el chico el cual apenas sonreía a veces, ¿Creen que hay algo mejor que eso? Pues, están equivocados. Verle sonreír siempre fue algo genial y esta vez lo hizo frente a mí.

-Creí que jamás encontraría a alguien que amara tanto a Grohl como yo lo amo. -La risa esta vez vino de mi parte. Jaime, quien siempre estaba junto con él, nos sonrió a ambos con algo así de ternura en su gesto y no pude pasarlo por alto, me pareció algo raro ¿Sabía que yo estaba obsesionado con su amigo?

La campana de ingreso volvió a sonar y dudé en si irme antes sin saludar, pero por alguna razón no pude sacar mi vista del de ojos en tono café oscuro, era obvio, estaba pensando en cómo era que podía ser tan hermoso.

Si en la escuela supieran lo que pienso, dirían que parezco una de las chicas cuando se obsesionan con alguno de esos cantantes teen de Pop, ni yo sabía cómo era posible que un chico pudiera gustarme tanto, ¿pero que iba a hacer?

El amor es solo amor y no necesariamente debe ser comprendido.

-Quinn, ya vamos a Lengua Castellana.-La voz de Jaime me sacó de mi trance, le asentí con la cabeza en un movimiento leve, tranquilamente los tres comenzamos a caminar hacia la sala.

Pasamos antes por el laboratorio de Química, donde Víctor nos despidió. Oí al chico advertirle a Vic que se cuidara ya que ni él o Tony podrían ayudarlo durante clases, el más bajo junto un rodeo de ojos le dijo que no se preocupara. Mientras todo aquello pasaba, yo miraba de reojo a las personas que buscaban sus clases y a esas otras que se las saltaban a propósito.

Ya estando sin la compañía del Fuentes mayor, estaba caminando al lado del más intimidante de sus amigos, le escuché formularme una pregunta que desee nunca jamás haber oído de alguien que no fuera mi madre, para mi mala suerte lo menciono con un tono de autoridad que me pareció muy escalofriante.

-Quinn, ¿Te gusta mi mejor amigo?

You're the only exception | Adaptación Kellic.Where stories live. Discover now