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Inerte como un muerto, con vista fija en el techo, dejando de lado sentimientos y bloqueando su mente del mundo.

¿Cómo alguien puede disfrutar dañar a otro? ¿Romperlo hasta dejar escasas cenizas, sin oportunidad de juntar sus piezas? ¿Tan malvadas son las personas para cometer aquellos actos a ojos cerrados?

Desde pequeño Niall Horan se consideró un chico débil, sumiso ante los que le rodeaban, marginado y sin gracia alguna. Y tener un grupo de personas tras suyo, verificando las ideas propias que tenía de él, en absoluto ayudaba. La escuela era el infierno hecho realidad, el peor de sus tormentos y su lugar más temido.

Años duros y largos vivió sintiendo aquella opresión, a cada momento con una nueva idea en su cabeza y dando vuelta muchas veces en la peor de las salidas, el suicido.

Más todo empeoró con la llegada de Jackson, el chico extranjero, quien desde que posó sus ojos en él, lo catalogó de forma oficial como su saco personal de boxeo.

Las burlas aumentaron, los golpes llegaron y el dolor se hizo más grande. Sus compañeros creían las palabras del chico nuevo, sin conocerlo siquiera empezaban a señalarlo con el dedo, riéndose por lo divertido de ver al cerdo de la clase ser humillado.

Nadie sabía la batalla que tenía que combatir, solo, todos los días.

Lamentablemente nunca esperó que su crueldad fuera tan grande como para dejarlo al borde de la muerte.

Tan vivas se encuentran las cicatrices como el recuerdo de lo sucedido.

Día Martes, segundo día de escuela y su despertador sonaba a las seis con treinta minutos para despertarlo de tan pacifico sueño.

Con pereza se levantó y arregló, saliendo de su hogar a eso de las siete con cuarenta minutos, tomando el mismo camino de siempre para poder llegar a la primera hora de clases.

Un trayecto de no más de diez minutos sino fuera por la presencia de alguien interrumpiendo lo que sería su día completo.

Un brazo rodeando su cintura y la desconocida presencia pegándose a un costado suyo, dieron pie al inicio de su pesadilla.

"Acompáñame, cerdito, prometo que nos la pasaremos estupendo"

Miedo y sorpresa, dos sensaciones fusionadas que lo dejaban en completa desventaja, a manos de Jackson.

Un paso, dos más y el trayecto empezó, siguiendo al chico al desconocido destino, sin replicas y con los nervios a flote.

Totalmente sumiso.

Incómodo fue el silencio y largo se le hizo el camino, aún con la presencia a su lado y el brazo agarrando su cintura, con fuerza, reteniéndolo de una posible escapatoria.

Hasta que por fin llegaron, un callejón, desolado y maloliente.

"Sabes, Niall, hace un tiempo atrás mis pensamientos respecto a ti, cambiaron" Comenzó, Jackson, acercando su rostro al del menor, mientras lo acorralaba en una de las paredes, después de ingresar al lugar. "¿Tienes alguna idea de cuál es mi nueva visión de ti?"

"N-No..." Tartamudeó, nervioso por el acercamiento del hombre.

"¿Estás seguro?" Saltando del susto y abriendo con miedo sus ojos, Niall lo observó, sintiendo como las grandes manos del contrario agarraban sus glúteos, acercándolo a su cuerpo.

Teacher [Ziall]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora