"Red"; 003.

24 4 0
                                    

Caminaron por el bosque, intentando encontrar la salida, hasta que Aiden se dio cuenta de que estaban yendo en círculos. Detuvo su andar, haciendo que Deva chocara con su espalda y Vincent con la de ella.

- ¿Pasa algo, Aiden? - cuestionó Deva.

- Uh... Creo que estamos yendo en círculos. - Vincent bufó molesto.

- ¡¿Es una broma?! ¡¿Por qué carajo no lo dijiste antes?!

- Mmm... ¿Porque recién me doy cuenta, Vincent? - respondió con el mismo tono de enfado. El mayor trató de acercarse a Aiden, queriendo desquitarse, pero había un detalle, Deva seguía en medio de ambos. Como pudo, los detuvo a los chicos de un hombro.

-¿Podrían intentar calmarse al menos un segundo?- hizo una breve pausa.- Vincent - volteó a ver al mencionado. - No es su culpa, yo tampoco lo había notado hasta recién. Tranquilízate. Y... Aiden- miró al otro lado donde se encontraba el chico. - Gracias por notarlo. No es tu culpa que Vincent siempre busque conflicto. Calma. Sé que esta situación es tensa para todos. - Vincent fulminó con la mirada al menor.

- Así que... ¿A mí me reprendes y a él sólo lo tranquilizas? - rió ácido.

-¿Quieres que te dé un abrazo para calmarte y decirte que todo va a estar bien?- respondió Deva con un tono de sarcasmo. Vincent se limitó a negar.
Aiden, mientras tanto, seguía buscando otro camino que estuviera cerca de su alcance para poder salir de ese círculo sin fin. De repente, logró ver una luz del lado derecho de su posición actual y comenzó su andar hacia ella. Deva lo llamaba, pero él no respondía, sólo seguía su camino y los otros dos iban detrás de él, pensando en que posiblemente tendrían la solución a su problema.

Aiden paró su caminar, observando satisfecho que habían logrado salir de aquel círculo. Se quedó mirando fijamente el lugar de donde provenía la luz que hacía menos de unas horas descubrió. Esa luz provenía nada más y nada menos que de una linterna, la cual se encontraba situada sobre el suelo, no muy lejos de una pequeña tienda de campaña. Las cosas cada vez se ponían más raras.

- Aiden...- no respondió.- Aiden...- siguió sin contestar.- ¡Aiden!

El mencionado se sacudió sutilmente. Al fin Vincent consiguió la atención del joven después de unos minutos.

- ¡¿Qué?!- respondió un tanto alterado. -¿Decías algo?

- Deva estaba sugiriendo que nos quedáramos aquí a dormir, aprovechando la tienda de campaña y tomando en cuenta que no tarda en oscurecer. - habló mostrándose levemente inseguro ante esa sugerencia de parte de Deva. Aiden hizo una mueca.

-¿De verdad eso es una buena idea? Digo, ¿no creen que es raro encontrar una tienda de campaña con una linterna en medio del bosque? ¿Qué tal que el dueño no tarda en regresar? O, ¿qué tal y se trata de un asesino que está escondiéndose? Podría aprovechar que estemos y...

-Uh... ¿Aiden? ¿No crees que estás exagerando? - opinó la chica después de no decir ni una palabra en mucho rato.

- Bueno, Deva... odio decirlo, pero creo que esta vez Aiden tiene razón. ¿No crees que es un tanto arriesgado quedarnos por aquí? Podría regresar el dueño de esta tienda, y tal vez trataría de matarnos, pero, no porque sea un asesino - mencionó en un tono burlesco, mirando a Aiden para después regresar la vista a Deva.- sino por defensa propia. Mejor busquemos otro lugar que luzca un poco más seguro. - La chica hizo un gesto de afirmación, un poco agotada, resignándose a darles la razón a ambos jóvenes y seguir caminando.

Hora tras hora. Minuto tras minuto. Habían pasado aproximadamente 3 o 4 horas desde que habían salido de aquella casa "abandonada". Tal vez debimos quedarnos en esa casa, pensó Aiden, sintiendo su cuerpo estremecerse de agotamiento y ligera hambre que empezaba a presentarse en su estómago.

Después de un gran lapso de tiempo, los tres chicos decidieron sentarse en el pasto para poder descansar un poco. Y es que, ¿cuánto más faltaba para poder salir de ese bosque o encontrar un buen lugar para dormir? El cielo comenzaba a tomar un tono oscuro. Seguro será muy peligroso si seguimos sin un rumbo exacto, se plantearon los tres. Así que, rindiéndose, se acomodaron como pudieron con sus chaquetas, decidiendo dormir para recuperar energía que ahora mismo les faltaba. A Aiden le costaba un poco más dormir, pero, tarde que temprano, logró relajarse al igual que el otro par, olvidando su hambre, quedándose profundamente dormido.

Estaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora