Soporte. Cap 7

292 26 13
                                    

"Estabas aquí cuando desperté... Y supe que no debo dejarte ir."

9 a.m, mis ojos se abren al son de un claro y nublado día. De a poco, con un dolor de cabeza terrible, fui dándome cuenta donde estaba. Había llegado a mi casa, me puse ebrio, era tan difícil para mi recordar qué cosas pasaron. De a poco miré a mi lado, sentía otro cuerpo. Me asusté un poco al ver un cabello ruloso y castaño entre las sábanas, ¿me traje alguna chica? Uhg, sería terrible. Ese cuerpo estaba muy frío y apegado a mi, es una mañana muy helada.
De a poco fui descubriendo su rostro, hasta toparme con una carita dulce la cual reconozco donde sea.

Eddie estaba durmiendo, hecho una bolita a mi lado, al parecer yo lo había dejado sólo con sábanas (toda la demás ropa de cama está en mi lado). Me morí de dulzura, pero no entiendo qué hace él aquí. Recuerdo que vino, que yo vomité y no se que más, pero pensaba que eso era mi imaginación. Suspiré apegándolo más a mi, abrazándolo y tapándolo con la demás ropa. Él se quejó tal cual un cachorro, seguía durmiendo, pareciése como si tuviera un mal sueño. Hijo de puta, cómo mierda puedes ser tan lindo, me vas a matar algún día de ternura.

Atreviéndome a más, lo abracé, inclusive lo moví para que él quedara entre mis brazos, y él no se resignaba a despertar, tiene el sueño muy profundo. Lo puse arriba de mi pecho para observarlo (sí, estoy loco).
Tiene unas pestañas largas y delgadas, unas cejas gruesas pero de cabellos muy finos, una nariz redonda y bien roja, sus mejillas son gordas y hermosas, lo adoro, es precioso... Me llega a latir el corazón rápido.

Acaricié su pelo mirando el techo, quisiera tenerlo así todos los días, quisiera poder hacerlo mío, porque yo soy todo suyo, sólo suyo.

Pasó...quizás una hora así, no me fijé cuando Edd se quejó un poco y empezaba a moverse, abriendo sus ojos a penas, todo chinito y desaliñado. Es maravilloso este ser.

—U-uhg.... Ah... — se quejó pestañeando mucho, estábamos a centímetros.

—Buenos días Eddie..— le dije embobado, nervioso, no podía con tanta lindura. Él, al darse cuenta que estaba en mi pecho acostado, se levantó un poquito asustado, poniéndose rojo y riéndose suave y grave, con esa voz mañanera deliciosa que tiene.

—P..perdóname Chris j-jajaja.. No me di cuenta que estaba arriba tuyo.. Oh mierda que vergüenza, lo siento jajaja — me iba a dar algo, lo quiero besar, no me aguanto.

—No te preocupes..te veías precioso.. — solté sin pensar lo que hablaba, él se puso el pelo detrás de esa gran oreja que tiene (la cual también estaba roja), ladeó su cabeza y me miró confundido.

—P..precioso? Ah..gracias.. Creo que aún estás medio ebrio jaja..— volvió a su naturalidad, riendose muy dulce y pasando su mano por mi frente. —Te sientes bien? Quieres algo?—

—Un poco de agua me sentaría bien..— susurré dejando que su mano me tocara la frente, lo notaba nervioso, ansioso, no sé por qué. —¿Estás bien Eddie?..— le tomé la mano que me tocaba el rostro, viéndolo a sus ojos en busca de algo. Él me quitaba la mirada, no entendía, ¿habré hecho algo ayer? Oh dios..no.

—Si Chris..e-estoy bien, es sólo que...no lo sé..hum... Voy a buscar tu agüita.— murmuró y se fue muy rápido a la cocina, tiene algo. Está saltón y con los ojitos muy chinos y aguados, como si fuera a llorar. No entiendo.
Luego de un rato, volvió con un vaso y una pastilla, supuse que era para la migraña. Sin preguntarle sólo la bebí junto al agua, volviendo a recostar mi cabeza en la almohada.

Reach Down (Cheddie) H I A T U S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora