Desde las sombras

Alma Gemela

Siempre ha sabido que Bakugou Katsuki es de un temperamento explosivo, se conocen desde bebés y podría reconocer a distancia sus ojos rojos, cabellera rubia ceniza y puntiaguda, así como su voz que por lo regular solo se escucha alabándose a sí mismo. Sabe todo de él como se supone debe ser a la inversa, pero desconoce desde cuando su dulce amistad se volvió tan dañina, tan unilateral y paso a ser una relación de líder-seguidor, donde el segundo sufre.

Nuevamente estaba en la misma situación de siempre después de clases y, sin embargo, ahora los golpes dolían más que antes; de alguna manera su amigo Ka-chan se había enterado que no tenía quirk y lo estaba usando para lastimarle más. No tiene idea de cómo se enteró de su desgracia si los maestros nunca mencionaron nada enfrente de ellos y nadie en el salón sabía nada, sin contar que su madre no le traicionaría contándole a su verdugo personal, y, aun así, ahí estaba, recibiendo golpes y burlas de su amigo y los amigos de este.

Por qué en parte ya entendía y aceptaba lo que siempre le había dicho Tomura, aquellos no eran sus amigos, no podían serlo si le trataban tan mal, a excepción de Katsuki, el cual, si debía ser su amigo, se conocían desde pañales, sus madres eran mejores amigas y Ka-chan no le trataba tan mal si estaban a solas e incluso le sonreía e intercambiaban opiniones de All Might, estaba seguro que era porque esos niños siempre estaban con él que siempre terminaba maltratándole.

— ¡Ka-chan, detente! —Pidió aun si sabía que no sería escuchado.

Ya le había pedido muchas veces que se detuviera, que no usara su quirk pero no había resultado, seguía golpeándole e insultándole para risa de los demás niños.

— ¡Cállate Deku! —Le jalo un mecho de su verde cabello— ¡Eres un perdedor!

— ¡Ka-chan! —Dolía. Y mucho.

— Jajá, deberías de decirme Gran Katsuki, Deku. —se sentía superior, disfrutando de ver las lágrimas del inútil de su grupo, demostrando por qué debía de recibir un trato aún más especial que los demás— Soy mejor que tú, yo...—se señaló—...si poseo quirk, muy contrario a un inútil como tú.

Al escuchar la frase de su amigo, fue inevitable que el pequeño peli-verde se preguntara; ¿porque las palabras dolían más que los golpes? Cuándo fuera más grande, ¿lo sabría? ¿Por qué su amigo teniendo todo lo que él hubiera querido tener, era tan malo?

— Jajá, ¿quién diría que alguien sería tan inútil para incluso no tener quirk? —Burlo uno de los amigos del peli-ceniza.

— Solo Deku podría serlo. —Respondió otro de los maleantes.

— No tienes ni tendrás quirk, Deku. —Katsuki coloco su pie sobre el cuerpo del contrario tirado en el suelo. — Así que simplemente deberías rendirte y dejar que te proteja. Es lo mejor que un inútil como tu podría hacer.

Todos los niños rieron, burlándose y golpeándolo, diciéndole una y otra vez lo inútil, débil, llorón, y lo tonto que era. A ninguno le importaba sus sentimientos dolorosos a causa de no tener aquello que todos en su mundo poseían. Y lo único que podía hacer en ese momento, era mantenerse en el suelo, hecho bolita y cubriéndose el rostro rogando que se detuvieran, obligándose a pensar que no dolía tanto su cuerpo.

Y de un momento a otro... dejo de sentir los golpes.