-¿Entonces si te avergüenzo?-Digo bajando mi cabeza.
-No es eso...
-No debes escuchar lo que te digan Joel, pero si te avergüenzo está bien.
-¡No es eso!- Dice frustrado.-No me odies.
Suspiro y camino hacia mi salón.
No me odies.
Es lo que siempre me dice, y yo siempre digo:
No importa bebé.
A mi novio le avergüenzo... a mi novio. Al chico que siempre soñé y logré conquistar y...
Oh Dios...
¿Y si sólo está conmigo por una apuesta?
¿Por qué nunca me pareció raro que un chico de cuarto año se fijaría en un tonto como yo?
No... no puede ser, por favor no.
Lágrimas comienzan a mojar mis mejillas.
Tiene mucho sentido:
Joel es un chico guapo, inteligente y popular.
Yo, soy un inútil, idiota y feo.
Lloro más fuerte y siento mi corazón romperse. Joel no me puede hacer esto.
Pero tiene lógica y eso es lo que más me duele.
Me seco mis lágrimas con la manga de mi suéter y trato de poner mi sonrisa de idiota.
-Hola.- Dice un rubio tímido.
-¿Hola? ¿Te conozco?- Me alejo por las dudas.- No tengo dinero.- Digo asustado.
-¡No!- Ríe nervioso.- No quiero tu dinero. Soy Zabdiel, tu amigo anónimo.- Ríe.
Sonrío felíz.-Oh, ¡hola!
-Eres más lindo de cerca.- Susurra y se sonroja.
-¿Gracias?- Me sonrojo.
El ríe mirándome con ternura.
- Quería saber... si querías estar conmigo y un amigo.- Sonríe tímido.
-Si, ¿Por qué no?- El me toma de la mano y me arrastra hacia el patio.
Todo va mejorando,creo, al menos no estaré solo.
Editado