Capítulo 4: Nuevo intento

1.3K 137 44
                                    

No había caso, por más que lo intentara no lograba conciliar el sueño. Sólo conseguía dar vueltas en la cama. Cansado de todo, concentró su atención hacia el techo de la habitación. Por un momento comenzó a distinguir cómo se formaban cuerpos entre las sombras. Aquello le trajo a la mente a Rashomon, su habilidad. E inmediatamente a su hijo, Yuki.

Antes de que pudiese pensar en algo más, la puerta fue abierta con sumo cuidado, procurando no hacer mucho ruido. No le sorprendió ver la figura del hombre tigre ingresar a la habitación. Este al verlo, le dedicó una sonrisa de disculpa, seguramente, porque pensó que lo había despertado con la intromisión.

— Lamento haberte despertado, Ryuu.

El peliplata comenzó a desvestirse para ponerse el pijama. Mientras se ponía las ropas, era observado por la penetrante mirada de su pareja que aún, a pesar de los años, lo seguía incomodando.

Cuando entró a la cama y estaba a punto de apagar la lámpara de luz que estaba situada a su izquierda, Akutagawa interrumpió el silencio de la habitación.

— Déjame ir.

Atsushi agradeció de cierta forma estar de espaldas al azabache, pero aún así era capaz de sentir aquella mirada detrás suyo.

Era cuestión de tiempo para que el azabache le soltase aquello, lo sabía bien. Pero no estaba preparado. ¿Qué debería decirle? Porque esa oración necesitaba una respuesta. Y es que aquello no era algo que el antiguo Akutagawa que conoció hace años diría. Este último no hubiera dicho un "Déjame ir", sino un "Iré", como un perro callejero que no debe pedirle permiso a nadie, porque no tenía un dueño. Entonces, ¿podía considerarse el dueño de Ryuunosuke porque este le había entregado su corazón? No, Atsushi no lo sentía así. Pero si fuera de ese modo, ¿no sería él también propiedad del azabache por entregarle su corazón? En definitiva, ambos eran propiedad del otro.

Si lo pensaba más a profundidad, el pedido del pálido joven podría deberse a que dependía de él dejarlo entrar al rescate que él mismo estaba organizando junto con otros miembros de la Agencia Armada de Detectives. ¿Sería correcto dejarlo ir? Su cuerpo no estaba totalmente recuperado, además era una misión de alto riesgo, ya que la organización enemiga cuentan con usuarios de habilidad, también.

— Acaso... ¿piensas que sería un estorbo para la misión por ya no tener mi habilidad?— Musitó. El peliplata se dio vuelta rápidamente para mirar a los ojos a su pareja—. Es verdad que sin Rashomon me volví como cualquier otra persona ordinaria, ¡PERO AÚN ASÍ DARÉ TODO DE MÍ PARA AYUDAR A YUKI!

Las lágrimas se desbordaban de los ojos de la persona que más amaba y, nuevamente, sus malas acciones lo habían causado. ¿Alguna vez podría dejar de hacer llorar a Ryuunosuke?

Pasó sus manos por las mejillas y ojos de su pareja deteniendo el avance de las gotas saladas, para luego atacar sus labios. Tras aquello, abrazó el delgado cuerpo del joven azabache fuertemente, queriendo fusionarse con él.

— No, no creo que seas un estorbo, ni mucho menos una persona ordinaria. Para mí, siempre serás la persona más especial del mundo — Confesó. Viendo que el azabache había cesado de llorar, añadió—. Perdóname por ignorar tus sentimientos. Sé que para ti fue duro no estar en el rescate de Yuki. Pero me siento mejor si sé que estás a salvo. No soportaría que algo te pasara.

— Pero es nuestro hijo, también quiero hacer algo por él. No me puedo quedar de brazos cruzados sabiendo que está en manos de esos bastardos. ¡Por eso te pido que me dejes ir! — Exigió nuevamente el azabache.

Atsushi sabía que no tenía otra alternativa. Si él perdiese su habilidad y dependiera de Akutagawa rescatar a su hijo, no le gustaría quedarse sin hacer nada. No le podía hacer eso a Ryuunosuke.

Our Little Secret [AtsuAku/Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora