Reencarnación

224 11 16
                                    

Hace seis siglos... recuerdo solamente... el sol...

Una mujer se encuentra en lo alto de lo que parece ser un templo, cubierto de extraños símbolos de otra civilización. Ella es visitada por un hombre con cierta urgencia...

"¡Sacerdotisa Karma! ¡Llegan los destructores!"

"¿Se han avistado en el horizonte?"

"¡Sí! ¡En los mares que hay al cruzar la selva!"

La mujer era físicamente igual a Karma, salvo por sus vestimentas. Una diadema dorada recubierta de plumas, así como atuendos dorados y verdes. 

"Así que vienen por el mar..."

"Sacerdotisa, debemos..."

"Llévame ante ellos, de inmediato"

Los colosales seres conocidos como los Destructores de Mundos avanzaban por el mar con furia y destrozando todo lo que encontraban.

Uno de ellos era una armadura de oro viviente, otro tenía aspecto de caballo y corría altas velocidades, el más grande aumentaba su tamaño progresivamente...

"Sacerdotisa, ¿va a emplear el poder del sol?"

"No... el sol va a emplearme a mí..."

"¡Graaarrggghhh!" - gruñía uno de los monstruos

"¡A por ellos!" - ordenaba el Destructor Chacal

Todos los titanes fueron hacia la mujer. Esta empezó a brillar, primero sus ojos y luego el resto de su piel, lanzando un poderoso ataque de luz a sus enemigos.

Los llamados Destructores quedaron reducidos a simples rastros de luz...

Hace cuatro siglos creo recordar... un alma conocida...

Un par de guerreros plateados se encontraban tras una enorme puerta, impidiendo el paso de algo que intentaba llegar hasta ellos.

También había un par de mujeres, ambas con corazas plateadas. Como distintivo una de ellas llevaba un charkram similar al de Sivir.

"Karma, los Yelmos Sombríos están por entrar"

"Ojala pudiéramos solucionar esto de otra manera..."

"Se intentó por las buenas y por ello perdimos a nuestra gente"

"¡Karma! ¡Sivir! ¡No aguantaremos más tiempo!"

"Por el bien de los Corazas Plateadas..."

"...debemos expulsar a los Sombríos" - finalizó la hechiera

La guerrera dio una señal y ambos gigantes retrocedieron, dando paso a que sus enemigos rompieran la puerta y entraran.

Estos portaban armaduras oscuras y aparentemente más peligrosas. De hecho parecían mucho más salvajes que los Corazas Plateadas.

"Bonito palacio... que conquistar..." - dijo la mujer del grupo

"No vas a hacerte con nuestro hogar..." - advirtió Karma

"¿Estás segura de ello? Porque mis compañeros no piensan lo mismo"

"Grgrrgrrrr...."

Uno de los Yelmos parecía una especie de lobo y no dudó ni un par de segundos en lanzarse contra la hechicera plateada.

Esta cargó su magia resplandeciente y atacó a la criatura con un brillo plateado.

Hace un par de siglos... todo era... pétalos... muchos pétalos... 

Los One-Shots de JasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora