La Reina

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En la oscuridad de la noche pueden oírse a personas gritar por su vida... sobretodo cuando con marcados por ella... marcados por la Noxiana...

Se desconoce cuántos años tiene, pero los rumores aseguraban que servía a una entidad muy poderosa... una que habitaba en las profundidades del Bosque Retorcido...

Y aunque se unió al Instituto de Guerra para expandir su presencia... aún hay quienes mueren entre sus afiladas patas... aún hay quienes mueren ante su presencia...

"¿Hola? ¿Hay alguien aquí?"

"¿Estás solo?" - preguntó una voz

"Si... no sé dónde... es... toy..."

Una figura descendió desde el árbol con cuidado y elegancia, acercándose con una sonrisa hacia el pequeño niño. Pensó en jugar con su sangre antes de darse cuenta... no era un niño.

Era una especie de ser escamoso, plateado y azulado con varios ojos... y chorreaba baba verde.

"Hola..." 

"Emm... hola..."

"Creo que me he... me he..."

El extraño monstruito escupió un diente gigante, junto con mucha viscosidad verde. La mujer retrocedió un poco ante este gesto.

"Di... di... disculpa..."

"No pasa nada... ¿qué eres exactamente?"

"Soy un ser del Va... Va... Vacío..."

"¿Un ser del Vacío? ¿Acaso había uno cercano?"

"Si... mi amigo Mal me dijo que... que..."

La criatura no parecía del todo peligrosa, extraña sí, pero no peligrosa. Tal vez podría matarle con suma facilidad... o jugar con su presa primero...

"¿Tu también eres del Vacío?"

"No, yo soy Elise, la Reina Araña del Bosque Retorcido"

"¿Araña? ¿Qué es una araña?"

"Es una magnífica criatura que enamora y encandila con sus redes antes de destrozar a su víctimas... sus presas..."

"¿Qué es encandilar?"

"Llamar la atención de forma positiva y..."

"En el Vacío no hay de estas cosas"

"Me lo imagino..."

"¿Sabes por dónde se sale? Tengo que ir a la aca... aca..."

Una vez más volvió a vomitar, esta vez fue un esqueleto humano. Elise se sorprendió ante esto, pues creía que era inofensivo. ¿Y qué daños podría causarle a su maestra si le devoraba?

"Academia de guerra..."

"¿Academia de guerra? ¿Por qué quieres ir allí?"

"Mal me dijo... ¿no puedo?"

"No creo que sea un lugar apto para ti..."

"¿Por qué?"

La mujer araña fue a contestarle, pero esos ojos tan inocentes le impedían decir algo. Sus palabras igualaban al corte de una espada... pero sencillamente no podía...

"Puedo decirle a mis hijas que te acompañen"

"¿Hijas? ¿Qué hijas?"

"Estas hijas..."

Y varias arañas empezaron a aparecer desde las profundidades del bosque.

"Oh, esas son las arañitas... ¿y tus hijas?"

Los One-Shots de JasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora