La puerta de emergencia se abren dejando ver finalmente a la doctora. Christian de un sólo salto de su asiento y se acerca a la doctora .
—¿Cómo está Melissa doctora?— le pregunta.
—La señorita se encuentra estable en estos momentos. Está algo inconsciente, pero pronto despertará, en unos minutos le tendemos todos los resultados listos, para estar libres de preocupación.
Él expulsa todo el aire que había retenido durante minutos, una sensación de paz se había instalado en todo el cuerpo de Christian, ella está bien, ella está bien su mente sólo procesaba esas palabras.
—Si gustas, puedes pasar a verla— le informa y no pierde ni un sólo segundo cuando atraviesa la puerta de emergencia y se dirige en donde se encontraba Melissa.
Abrió la puerta lentamente para encontrarse con una Melissa totalmente pálida, pero al menos fuera de peligro. Se le acercó a la camilla, sentándose en el asiento contiguo a la misma para tomarle la mano libre.
Christian no hacía más que mirarla y admírala, incluso se cuestionaba que en una situación cómo está ¿cómo es posible que se mantuviera así de bella?. Solo ella.
¿Porque, mientras más la miraba le parecía mucho más y más hermosa? Maldita sea, él no podía seguir eso.
Unos hermosos ojos verdes quedan a la vista de él, Melissa ha despertado con unos extraños dolores en su cuerpo. Es obvio que no recuerde lo sucedido.
—¿Que pasó?— le preguntó con voz débil.
Él sin dejarla de mirar le contó el suceso y se maldijo por qué parte es su culpa. Melissa perpleja no entendía porque él se echaba la culpa, si fue ella que rodó por las escalera.
Christian solo se culpaba porque él provocó esto, desde un principio él había sido el culpable de todo lo malo que le sucedía a Melissa, nunca se perdonaría aquello.
Ahogó un grito de dolor, dolía verla así, era su culpa y él tenía que remediar esto.
—Haré lo que me pides— comenzó él a decir— haré lo que me pides, te dejaré ir. — ambos se sostenían la miraba durante segundo sumamente eterno.
Ella con asombro de no creer lo que él había dicho pregunta.
—¿Que?.
—¿Acaso no es eso lo que me pides?— preguntó el con voz pequeña. — Hazme también un favor a mi y vete, vete Melissa.
Ella aún no creía aquello, lo deseaba tanto, deseaba irse, pero ¿porque precisamente ahora se negaba a irse? Después de tantas discusiones y tantas veces en la que ella deseaba largase e irse lejos de él ¿porque ahora le costaba? ¿Porque?.
Soltó un gemido y se aferró a él ¿Que está haciendo? Acaso ¿quería condenarse con él? Estaría loca y eso fuera, pero ¿cuál es el motivo de su negación? .
Christian perplejo no sabía cómo reaccionar aquella mujer de ojos verdes le hacía perder la cabeza y de que manera. Él sólo tenía que sentir rencor y odio por ella, ella igual, pero ¿Que pasó? ¿Cuál es aquel sentimiento que los hace ser tan bipolares? Un momento se gritan, otro se están abrazando.
¿Que había cambiando? Se preguntaba ambos. Sin embargo ya no había vuelta atrás, Christian tenía que hacer lo que debía y Melissa no tenía más alternativa.
El inmenso abrazo fue interrumpido por los sollozos de Melissa, Christian la despegó de él con sumo cuidado y la encaró, ella desvió su mirada a un punto fijo de la habitación. No había más que respiraciones y corazones totalmente descontrolado.
Cerró los ojos y la escuchó respirar, ese diminuto sonido era una melodía para él.
—Melissa— la llamo y no obtuvo respuesta, ella seguía con su mirada fija lejos de él.
—Melissa— volvió a llamar, pero nada.
Suspiro frustrado y dejos espaciar una respiración pesada, era poca la paciencia de ambos. Christian cerró los ojos y respiró hondo antes de hablar, pero Melissa fue más rápido y rompió el gran silencio entre ambos.
—Ya que espera, vete y déjame sola.— soltó sin dirigirle la mirada.
Él debió saberlo antes de todo, debió saber que alguien saldría lastimado, lo debió saber, pero también debió saber que cuando algún sentimiento toca a la puerta del corazón no hay nadie capaz de detenerlo, no somos dueño de lo que dite el corazón. Cuando algo toca la puerta automática se abre, nosotros somos los responsables de hacerlo crecer más el sentimiento, o dejarlo intacto desde que entro.
Aquel sentimiento se convierto en algo peligroso para él, no lo hizo caso, pero las consecuencias con estas. Maldita sea, pobre de mi por hacerlo esto a ella, se decía. La culpa y las maldiciones ya eran de sobra, todo había sucedido. Todo ya sucedió, no hay nadie que haya abrirle esa puerta del corazón y sacarle aquel sentimiento que se instaló en él. Todo estaba perdido.
Melissa no hacía más que llorar por dentro. Sentía que ya no podía más, que todo se acababa para ella, se cuestionaba el porqué dejó que él hubiese ido más allá gobernar su vida, él sólo podía mandar en su vida, ya que él se encargó de que así fuera totalmente ella era de él de una manera u otra. Ella le pertenecía, y hay un contrato que si lo dice, pero era nada más hasta ahí, pero ella sin darse cuenta dejó que él también llegara a gobernar su corazón, y eso era lo que más odiaba ella, no tenía necesidad de sentir nada más que rencor y odio.
Cuando Melissa decidió encararlo él la miró, miró a Melissa a los ojos, aquellos par de ojos verdes que brillaban con fiereza e ímpetu.
El calor estalló en ambos, Christian cerró los ojos y dejó de pensar.Sin pensarlo dos veces tomo su rostro entre sus manos y unió su frente con la suya, él inhaló todo su olor fresco, ella solo disfrutó de aquel contacto y de las emociones.
No había más remedio para él que dejarla ir, tenía que hacerlo, pero no podía ¿Porque? ¿Porque? Se preguntaba él si guardada rencor por ella, al menos eso era lo que él creía. Ella también por su parte se pregunta ¿porque? ¿Porque? Si lo que más quería era irse, si lo que más quería era estar lejos de él, al menos eso era también lo que ella creía, eso era lo que ellos se hacían creer.
El colocó un casto beso en la coronilla de su rostro y la miró por última vez a los ojos y le susurró algo que ella no pude entender, pero él sabía lo que le había dicho aún sabiendo que ella hubiese escuchado nada. Era satisfactorio para él, porque sabía que aquellas palabras podían tanto arruinar como re fortalecer vida, pero para él eran las dos cosas.
Él salió cabizbajo de ese hospital, con un abismo en su corazón, algo que por segunda vez siente, pero esta vez ha sido su culpa, sale y la dejó a ella ahí dentro con un corazón destruido. Se hacía de la idea de que era lo mejor para ella, ella totalmente sería libre, sin regla de Tyler, sin regla de Christian, no volvería a estar cerca de ellos jamás, sé iría tan lejos que no la encontraría en absoluto. Pero aquel resultado le hacía retirar lo que ella pensaba, aquel resultado hacía que sus ganas de morirse volvieran, pero no podía hacerlo, de una manera u otra siempre se acordaría de Christian, y ¿cómo no hacerlo, si era el padre del hijo que esperaba?.
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Vendida al enemigo
Romance- No eres mi dueño- le reclame sintiendo como la impotencia se apoderaba de mi. - Lo soy, te he comprado. Y desde ahora soy tu único dueño. No podía creer aquellas palabras, he huido de un infierno, para meterme en otro mucho más grande. Me han ve...