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JeongGuk abrió la puerta de la habitación de su mayor, entrando lentamente y viendo a NamJoon levantarse de su lugar en su escritorio para acercarse. "¿Qué ocurre Hyung?" Intentó sonar calmado, pero en realidad quería correr muy lejos de allí, la tensión le estaba matando.

NamJoon se acercó aún más, acorralando a JeongGuk contra la ahora cerrada puerta. "¿Donde estuviste?" Cuestionó, y su voz sonaba sorprendentemente suave, tranquilizando un poco al menor.

"Pasé la noche en la casa de un amigo." Respondió, tragando saliva con fuerza. "Lamento no haberle dicho que no volvería, pero usted parecía bastante ocupado." Éstas últimas palabras las dijo con un poco de rencor, hiriendo a NamJoon.

El mayor tomó a JeongGuk de la barbilla con extrema suavidad, haciendo que lo mirara a los ojos. Estaba prácticamente devorando los labios del menor con la mirada, queriendoㅡaunque sin saber comoㅡdecirle lo mucho que le quería, y cuanto sentía haberle lastimado. En lugar de decir palabra alguna, unió sus carnosas labios con los ajenos, haciendo que Jeon se derritiera por dentro.

En la sorpresa del momento, el menor no pudo hacer más que dejarse hacer, eran demasiadas emociones nublando su mente como para poder formular un pensamiento coherente y tomar acción alguna. Hasta antes de llegar a casa, se la había pasado de maravilla, estaba tan feliz por volver a ver a su viejo amigo, y ahora sentía un miedo y una confusión tan grandes que hacían que su pecho doliera un poco.

NamJoon dejó su barbilla y abrazó la delgada cintura de su menor. "Ella no es nadie Gukie." Dijo ésto justo encima de los labios de Jeon, enviando un escalofrío por toda su espalda.

Y eso bastó para que JeongGuk se decidiera.

Empujó un poco a su mayor, liberándose de sus brazos, dejandole confundido. "Iré a estudiar." Fue todo lo que dijo, saliendo de la habitación y yendo directamente a encerrarse a la suya.

Una vez dentro de la seguridad de su propia habitación, JeongGuk se sostenía el pecho en puro nerviosismo. Él en realidad no tenia idea de qué pasaba por la cabeza de su Hyung, un minuto podía estar llenándolo de besos, y al otro estar teniendo relaciones íntimas con alguna otra chica.

Antes de poder siquiera registrar sus pensamientos y tratar de comprender que es lo que dolía en su pecho, pudo sentir sus mejillas humedecerse con las lagrimas que comenzaban a brotar de sus ojos. Con pasos torpes, caminó hasta su cama, donde se desplomó y se permitió llorar, sin importarle lo ridículo que se sentía al derramar lágrimas por una razón como esa. Por una persona como NamJoon.

[...]

Para sus compañeros, era bastante normal ver a NamJoon de mal humor, pero ese día estaba claro que no quería que nadie se le acercase. La chica quien trabajaba ese turno con él lo había notado, y le había ofrecido manejar ella la caja y los clientes mientras él organizaba los productos en los estantes. Ella temía que el chico pudiera llegar a explotar frente algún cliente.

Mientras trabajaba, NamJoon no podía dejar de pensar en JeongGuk. Por más que intentara, la imagen del castaño usando ropas que no le pertenecían era lo único que había en su mente.

Pensó que aquellas prendas deberían pertenecer a Taehyung, y su enojo no hizo más que profundizarse.

Se encontraba colocando bebidas en un estante—con una rudeza innecesaria—cuando escuchó la campana que indicaba un cliente sonar. Al no estar trabajando en la caja, no le prestó mucha atención a aquel sonido, y solo siguió en lo suyo. O eso hasta que escuchó de quien se trataba.

Desde donde se encontraba de pie, NamJoon pudo escuchar una voz femenina que preguntaba por él.

Hye Jin.

[...]

JeongGuk se había acostumbrado a tener la casa para él solo, después de todo, su Hyung estaba fuera la mayoría del tiempo. La soledad era algo que el castaño había aceptado sin rechistar, en realidad no le molestaba ni un poco.

Pero en ese momento, el silencio que rodeaba la casa entera se le hacía sofocante, y no creía poder permanecer allí por mucho más tiempo. No a solas. No mientras lo único que le daba vueltas en la cabeza eran los gruesos y suaves labios de NamJoon.

Condenada soledad, me hace pensar demasiado.

El castaño yacía sentado en su cama, con libros y apuntes dispersos en toda la superficie. Hasta hace unos momentos, había estado estudiando—o al menos intentando. En su mesa de noche, habían por lo menos siete cajas de leche de banano y unos diez empaques de galletas.

Sus oscuros ojos se posaron en toda la basura que había dejado en tan solo dos horas. Si, habían pasado dos horas desde que se había encerrado en su habitación y desde que su Hyung había dejado la casa de un portazo.

Soltó un suspiro pesado, frotándose los ojos. Debía trabajar en dejar de comer cuando se estresaba, aquello no le haría ningún bien. Mucho menos cuando parecía estresarse tan seguido.

Aún con la mirada fija en su tiradero, dejó su cama y se propuso limpiar. O eso hasta que sonó su móvil. Rodó los ojos, de seguro era Yugyeom, pidiendo ayuda en su tareas o algo así.

Tomó el aparato que yacía enterrado debajo de varias hojas, y no pudo evitar la sonrisa que se apareció en su rostro una vez vio el nombre del contacto.

"¡Tae!" De alguna manera, el tan solo mencionar su nombre hizo que el estrés que había acumulado en las últimas horas comenzara a disiparse. Un pequeño rayo de felicidad se encendió en cu pecho, y aunque JeongGuk no pudiera notarlo aún, la sola imagen de Taehyung en su cabeza era suficiente para ponerlo feliz.

[...]

NamJoon maldecía todas las decisiones que lo llevaban a estar donde estaba, y con quien estaba.

De pie frente a él, con la espalda apoyada en la parte trasera de la tienda, estaba Hye Jin, sonriendo como si su sonrisa fuera la más linda del mundo. Se equivocaba, o eso pensó Nam, pues la más linda solo podía ser la de su menor.

"Te juro que no era mi intención interrumpirte mientras trabajas." Mientras hablaba, la chica no podía evitar mirar a cualquier lugar que no fueran los oscuros y expectantes ojos de NamJoon. "Pero no estabas recibiendo mis mensajes, y enserio te extrañaba."

Genial, es una pegajosa de mierda.

Sin poder evitarlo, el moreno rodó los ojos, sintiéndose frustrado. Solo quería dejarla allí, con las esperanzas en la boca, y volver a casa con la única persona que lograba hacerlo sentir mejor. Con JeongGuk.

"Lamento no ver tus mensajes, suelo apagar mi móvil mientras trabajo." Fingió una sonrisa. "Y sobre extrañarme, creo que tendrás que acostumbrarte linda, porque no pienso volver a salir contigo."

Las cejas de la chica se unieron al instante en que NamJoon soltó aquellas palabras. Su nariz se arrugó y abrió la boca para protestar. Pero el moreno ya no le estaba prestando atención, y había comenzado a caminar hacia la entrada de la tienda con pasos despreocupados.

"¡Oye!" El sonido de sus tacones resonó por todo el callejón. "¿Qué rayos te ocurre?" Una vez que estaba detrás de Nam, tomó su hombro y lo forzó a voltearse. "¿A qué te refieres con eso?"

La expresión de NamJoon era una de total aburrimiento. "Me refiero a que lo que sea que tuviésemos acabó." Movió su hombro, soltándose del agarre de la chica. "Ahora piérdete, ¿si?"








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siento que esto quedo SUPER aburrido
perdón :(

190 lecturas oh por dios lxs amo 🤧❤️

anger / namkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora