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Año 844, Levi.
La ciudad subterránea era considerada el sitio más seguro de la ciudad. Sin embargo, yo no lo veía así.
Vivir en este lugar era una mierda porque debíamos de hacer todo tipo de cosas para poder sobrevivir. No había demasiada comida y las salidas al exterior estaban obstruidas por un grupo de personas que pedían dinero a cambio de dejarnos salir; quienes se negaban a pagar terminaban siempre sin vida.
Sin duda alguna este hubiera sido el último lugar que escogería para vivir, un lugar asqueroso repleto suciedad por todos lados. Pero aquí nací y moriría aquí... O eso era lo que pensábamos mis compañeros y yo.
—¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres? —pregunté, seriamente mientras miraba a la persona que se apareció frente a mí y compañeros.
—Vine a pedir sus servicios.
—¿No te habrás equivocado de casa? —preguntó Furlan—. No somos los que aceptan cualquier trabajo.
—Les pagaré mucho —dijo el hombre, sin quitarnos la mirada de encima—. Aunque ya les he pagado por adelantado.
—Es broma, ¿verdad? Es la primera vez que nos vemos.
—De seguro a él si lo conocen —dijo, mirando en dirección a la casa de Yam—. Su pierna está al límite. Debe ir a un buen hospital a la superficie, ¿verdad, Levi?
No me quedó más opción que escuchar lo que quería, por lo que comenzó a guiarnos hacia las escaleras que daban a la superficie; donde un hombre en una carroza estaba esperándonos.
—¿Quién eres? —pregunté, seriamente.
—Entiendo que no confíes —dijo con un tono de voz grave—. Pero deberías confiar en mí.
—¿Cómo?
—Deberías considerar que vine a verlos yo mismo. Yo también me estoy arriesgando bastante —respondía, tranquilamente—. ¿Recibieron la paga adelantada?
—No sé cómo será en la superficie, pero aquí en el subterráneo lo llamamos tomar un rehén —dije, frunciendo el entrecejo.
—Es solo una muestra de que, si logran lo que quiero, la paga será esa. No solo recibirán una cantidad enorme de dinero... Si no que también una vida en la superficie.
Sus palabras captaron la atención de mis compañeros, los cuales momentáneamente sonrieron al oír que podían ir a la superficie.
—¿Y bien? ¿Cuál sería ese trabajo?
—Un hombre llamado Erwin Smith del cuerpo de exploración intenta capturarte y hacer que te unas al cuerpo —dijo, sin titubear—. Una vez dentro, quiero que le roben unos documentos importantes y si es posible, preferiría que se encargaran de él.
—¿Encargarnos de él?
—Así es. Él es una amenaza —dijo, seriamente—. Pero para poder acercarte a él deberás primero encargarte de su hermana.
—Entonces... No es solo una persona de la cual deberemos encargarnos.
Un profundo silencio se formó entre nosotros.
—Te diré una cosa. Sin importar si ustedes hacen o no el trabajo, esa persona se contactará con ustedes —dijo—. Es decir, no podrás estar sin involucrarte.
Realmente no estaba interesado en su propuesta, pero si tenía a Yam como rehén no me quedaría muchas opciones. Además, Isabel y Furlan podrían tener una vida en el exterior.
—¿Qué haremos? —preguntó Isabel, cuando ya nos hemos alejado por completo de aquellas personas—. ¿Aceptarás, Hermano Levi?
—Ellos tienen a Yam —dijo Furlan, molesto—. Tomarlo como rehén para que no nos neguemos es jugar sucio.
—De todos modos, no creo que los hermanos Smith sean mejores que mi hermano Levi —dijo Isabel con seguridad, mientras me miraba—. De seguro acabarías con ellos.
—Antes de tomar la decisión final... —dije, sin dejar de caminar—... Veré como son esos hermanos.
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