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Curaba las heridas de Levi mientras este me miraba fijamente con una expresión para nada encantadora.
—¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así?
—Nada. Solo me sorprende que estés aquí —respondió sin dejar de mirarme con aquella expresión inquietante—. He pensado que estarías cerca de Erwin una vez despertaras, pero has venido hasta aquí... ¿Él te ha mandado?
—Mi hermano me ha dicho que siguiera mi instinto—respondí tranquilamente—. Así que, luego de hablar unas cosas con Hange, he venido directamente a Stohess para buscarte.
—Ya veo...
Levi se mantuvo en silencio, pero no dejó de mirarme con aquella expresión inquietante, por lo que asimilé que había algo más que estaba molestándolo.
—Hay otra cosa que quieres preguntarme, ¿verdad?
—Cuando nos enfrentamos esta mañana al equipo de Kenny, tú has asesinado sin titubear —dijo mirándome fijamente—. Normalmente, la gente lo duda y se comporta de manera extraña, pero tú...
—No es la primera vez en que asesino a alguien.
—¿A qué te refieres?
Me quedé un momento en silencio, pero luego solté un suspiro y miré a Levi con las intenciones de contarle mi historia.
—Cuando éramos niños, Erwin y yo vivíamos junto a nuestro padre que era profesor. Mi hermano siempre fue muy curioso con respecto a la humanidad, pero debido a esa curiosidad terminó metiéndose en problemas con un miembro de la policía militar. Aquel soldado intentó matar a mi hermano, por lo que tomé un cuchillo y sin pensarlo demasiado lo clave reiteradas veces en su cuerpo hasta matarlo. Al final, mi padre terminó echándose la culpa y debido a ello fue torturado hasta la muerte porque aparte de ser un supuesto asesino, también era alguien que sabía demasiado sobre el gobierno —hablé con un tono de voz neutro mientras recordaba los acontecimientos sucedidos en esos días—. Desde entonces cada que siento que alguien importante para mí está en peligro, me ciego por completo y hago lo necesario para mantenerlo a salvo... Incluso si eso se trata de asesinar a alguien.
Levi se mantuvo en silencio mientras me miraba fijamente. Por un momento pensé que me vería de manera extraña, pero repentinamente él acercó su mano derecha hacia mi rostro y lo acarició con suavidad.
—Gracias —agradeció—. Por ayudarme, gracias.
Mi corazón latió rápidamente cuando he visto una pequeña sonrisa en el rostro de Levi. Incluso tuve la necesidad de acortar la distancia que manteníamos, pero antes de que eso sucediera, hemos escuchado la voz de Sasha diciendo que era hora del cambio de vigilancia. Levi y yo nos miramos una vez más para luego separarnos e ingresar al granero donde nos estábamos ocultando momentáneamente.
—¿Qué sucede, Armin? —preguntó Levi al momento en que se acercaba a la fogata—. ¿Perdiste el apetito por estar en un sucio granero?
—No... Es solo que hay algo que no entiendo —respondió Armin—. Cuando tomé el arma creí que era demasiado tarde, ya que esa persona tenía la suya apuntando a Jean... Sin embargo, fui yo quien disparó primero...
—Esa persona titubeo antes de disparar, ¿verdad?
—Lo siento, Armin —se disculpó Jean—. Yo debía ser quien disparara...
—La persona que murió por mi arma debió ser amable y tenía valores que yo... —comentaba Armin con total desespero—. Aun así, yo jalé ese gatillo sin pensar... Yo...
—Has ensuciado tus manos, ya no hay vuelta atrás —dijo seriamente Levi, ocasionando que los demás se molestaran ante su falta de sutileza—. Debes de aceptar a este nuevo tú.
—Lo que Levi quiere decir es que, si tus manos estuvieran ahora mismo limpias... —hablé con un tono neutro—. Jean no estaría con nosotros en estos momentos.
—Jalaste del gatillo porque no querías ver morir a un compañero. Eres un chico listo, sabías que titubear no salvaría a nadie.
Nos mantuvimos en silencio por solo unos minutos, ya que luego comenzamos a hablar sobre lo que haríamos para encontrar a Eren e Historia.
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