ᴼᶰᵉ ˢʰᵒᵗˢ || 𝔐𝔲𝔩𝔱𝔦𝔣𝔞𝔫𝔡𝔬𝔪

Baile- Steve Rogers

Soñaste con bailar

Has sido arrancada de tu tiempo. Las décadas, las eras en las que se suponía que vivías, y se suponía que morirías. Estuviste congelada fuera de tu tiempo y lo usaste como arma contra los mismos soldados americanos a los que besabas y coqueteabas cuando tu poder no había sido más que una cosa divertida y secreta para mostrar a tus amigos cuando tenías demasiadas pasadas de copas. Y cuando no querías pensar en todo eso, o en el asesinato, o en cómo te habían lanzado a un tiempo que no era tuyo y ni siquiera era mucho mejor que el tuyo, a pesar de los 70 años que pasaron , pensaste en el baile.

Parecía la cosa más inofensiva. Todavía recuerdas la vida que tenías antes de que te robaran, pero no lo suficiente como para ser demasiado doloroso. Steve ni siquiera tenía baile. No fue mucho para bailar, dijo.

"Aunque tenía un amigo", decía, y sonreía de la manera más triste. "Mejor amigo mío. Sí, bailó lo suficiente para los dos. Y él era realmente bueno en eso, así que ... le dejé todo el baile ".

Steve también había sido robado. No fue lo mismo. De hecho, pasó la mayor parte de su tiempo peleando contigo. O más bien, tratando de deshacer los estragos que te forzaron a causar en el mundo y sus jóvenes y niños, jóvenes y emocionados de pelear la buena batalla, listos para morir hasta que lo vieron a su alrededor, te vieron por todas partes ellos en una mortaja de barro y metal y el latido de la sangre. En los oídos, en los corazones, en los tambores antiguos. Steve realmente era luchador en la buena batalla, mientras recorriste los campos de batalla y los frentes caseros, jugando los Cuatro Jinetes. Él había estado preparado para morir por su país. Su problema fue que no lo hizo. Había sido conservado allí en el hielo y retrocedido en el tiempo cuando su país tomó la decisión ejecutiva de que lo necesitaban, y cuando todos y todo lo que sabía estaba muerto o demasiado viejo para recordar su cara.

Ustedes dos se habían convertido en compañeros de habitación durante su tiempo en la sede. No le gustaba admitir que las pesadillas eran malas. Es por eso que eras su compañera más cercana. No le gustaba admitirlo, y no era necesario. Tú ya lo sabías Yo también las tengo. Usted le había dicho, después de que lo había escuchado forcejeando y se arrastraba entre sábanas empapadas en sudor para abrazarlo.

Entonces, después de que la crisis de Nueva York había pasado y tú habías comenzado la fatigosa tarea de rastrear el cetro de Loki, habías tomado la decisión lógica y la compartiste. Simplemente les salvó a los dos el viaje, de verdad. Cuando tenías una pesadilla no tenías que escabullirte por los pasillos custodiados para llamar a su puerta a las 4 AM, y cuando las tenía no tenía que estar solo, demasiado orgulloso, demasiado agotado para venir a buscar a la única persona quien sabía de ellos

"¿Steve?", Inquiriste, volteándote. Estaba acostado de espaldas en su propia cama, y ​​se podía decir que tenía los ojos abiertos, mirando fijamente el techo.

"Sí."

"¿Alguna vez piensas en cómo podrían haber sido tus hijos?", Preguntaste, sin estar segura de qué te había hecho la pregunta en la cabeza.

"Sí", dijo, apenas audible.

"Supongo que tendríamos nietos por ahora". Dijiste, con algo así como una risa.

"Bisabuelos." Dijo. Lo miraste.

"¿Alguna vez te enojas?", Preguntaste, después de un momento.

Él rodó hacia usted. "Todo el tiempo". Dijo, y su voz era ronca por mal uso o por alguna emoción desconocida.

Lo miraste, aunque no pudiste verlo tan bien. "Hubieras tenido niños realmente hermosos". Dijiste, y tu labio tembló, "Todos rubios y ojos azules".