XV Poder

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Geovanny sé despertó primero esa mañana, no pudo sentirse más feliz, al tener a Annabeth a su lado completamente dormida, acaricio su cabello y le dio un beso en la frente, ella apenas y sé movió, luego de tomar un ducha sé acerco para despertarla

- Ann, Ann, despierta princesa, debemos salir - no obtuvo respuesta - Annabeth princesa despierta, ella atendió a este segundo llamado abrió sus ojos y lanzo un bostezo, se sentó pero aún no hablaba y tenía cara de pocos amigos, esto le causo gracia a Geovanny - veo que aún despiertas malhumorada - ella contesto con un quejido, el sé acerco a ella y le dio un beso marcado en la mejilla - buenos días gruñona - ella sonrió con el gesto

- Buenos días ¿Qué hora es?

- Pronto serán las seis

- ¿ya te duchaste?

- Si, el agua esta tibia

- Aún hace frió - y sé aferro a la sabana

- Con la ducha sé te quitara un poco

- Si eso creo - y no pudo evitar contemplarlo, no solo el hecho de su buen parecer, sino todo lo que habían vivido desde niños, puso una de sus manos en la mejilla del príncipe, él le vio extrañado por su acción

- ¿Qué pasa? - le preguntó

- Nada, es solo que te amo - él sonrió complacido al escucharla

- Yo también te amo princesa

Luego de ducharse y cambiarse, bajaron a la estancia, Bruno y Nina bajaron un poco después, desayunaron y sé despidieron de la señora Meté que por cierto estaba muy triste ya que se había encariñado con los jóvenes, lograron encontrar un transporte que los llevaría cerca de la Montaña Escarlata, lo demás debería ser a pie, Annabeth y Nina iban un poco atrás de los chicos en el camino, ahí la princesa aprovecho a contarle su sueño a su amiga

- Tu mamá tiene razón, tú sabrás hacer lo correcto

- Eso espero...

- Pero hablando de cosas más agradables, fui a buscarte a tu habitación en la mañana y no estabas - dijo con una mirada picara - y no digas que te levantaste temprano que te conozco Anny

- Me atrapaste - dijo ella resignada ya que no podia ni queria inventar ninguna excusa - después del sueño, fui a la habitación de Geovanny y me quede ahí, no quería estar sola

- Me alegra que te hayas decidido a arreglar las cosas con el

- Si, la verdad yo a él nunca deje de quererlo y todo lo que está pasando, no quiero arrepentirme de nada... - percibió un ruido extraño que interrumpió su plática - ¿escuchaste eso?

- Sí ¿pero de dónde viene?

- No lo sé...- los chicos advirtieron el hecho que ellas sé detuvieron

- ¿Qué pasa? - dijo Geovanny

- Mira allá - dijo Nina - parece ser una nube

- No, se mueve demasiado rápido para ser una nube - dijo Annabeth, cada vez la nube sé distinguía mejor, y de un momento a otro estaba sobre ellos - son cuervos - musito Annabeth - apenas lo dijo cuándo los cuervos sé tornaron en un remolino atacándolos, eran fáciles de derribar pero - esto no fue lo que escuche - pensó Annabeth, cuando de repente sé mostró lo que había escuchado debajo de la tierra, salieron unas bestias del tamaño de un enorme cocodrilo, con cuernos en sus cabezas y ojos rojos como el carmesí, a pesar de su tamaño sé movían rápido, tenían grandes colmillos y una lengua bípeda que podría asegurar era venenosa.

Con los cuervos encima y las criaturas a punto de alcanzarlos, Annabeth saco su reliquia y la convirtió en báculo, logro lanzar un hechizo para detener a los reptiles

DANDELIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora