Quedarme O No

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Llegué a la casa de Riko como siempre, a escondidas y por la ventana de la sala. Una vez dentro pude notar el silencio casi total ser quebrantado por unos ruidos que no llegaba a distinguir por estar en un bajo volumen. Me dispuse a subir por la escalera, una vez estuve frente a la entreabierta puerta de Riko los ruidos eran muy claros... Eran gemidos; gemidos de mi novia; jadeos, habladurías incontenibles pero ¿abría alguien ahí adentro?
Decidí descubrirlo con el paso de los minutos.
Tomé forma humana y entre confiando en que no habría nadie más en esa habitación.
Y aunque quise, no pude dejar de mirarla. Sin una sola prenda sobre su cuerpo, en su cama, retorciendose. Con una mano en su intimidad que parecía no descansar y la otra prácticamente desgarrando las sábanas ... Gemia bastante fuerte. Tenía que irme, o eso creía era la mejor opción. Otra parte me decía que la interrumpa y la ayude a terminar... ¿Qué debía hacer?
Mordí mi labio mientras decidía, aún sin desviar la mirada, me surgía un apetito infernal por comerla, tan voraz e incontenible que dejé que mi instinto continuara.
Tome su muñeca para llevar la punta de sus dedos a mi boca. Con el silencio que había podía oír ambos corazones a ritmos desperados. Termine por abalanzarme cual animal sobre su más deliciosa cena; su piel, su labios, cada centimetro de ella me pertenecía en ese instante. No procesaba en mi cabeza lo que hacía, solo nacía desde el más profundo lugar de mi interior. Sus gemidos seguían, superando su volumen con cada toque. Los latidos, las respiración o nuestras acciones igual que todo tardaron en volver a la normalidad una vez se termino.
Nuestros ojos se posaron en la otra, mientras nuestros pechos subian y bajan sincronizados, escuchando la paz que inundaba la casa.

Riko: You... Yo no... Bueno, verás-

You: Sh~ olvidalo. No tienes que excusarte.

Riko: Bien...

Una vez más junté nuestros labios, contacto que no tuvo reciprocidad. La miré. Solo bastó con que acariciara su rostro para que sus ojos se llenarán de lágrimas y se lanzara sobre mí con dolorosos quejidos. Radié su cuerpo con mis brazos encarcandome de acariciar su cabeza varios segundos.

Riko: Mis padres discutieron, fue realmente horrible... Creo que no sabían que estaba escuchando.

You: ¿Por qué? ¿Qué pasó?

Riko: Mi madre... Tiene una amante y parece que mi padre lo descubrió.

You: Vaya...

Riko: Es la madre de Yoochan. Nunca vi a papá así, realmente estaba muy dolido y... Luego bajaron el volumen pero si no me equivoco, fueron a consultar a un abogado cosas del divorcio.

You: ¿Y por qué llegaste a éso?

Riko: Yo siempre supe, me empecé a sentir culpable y... Solo no quería pensar.

You: Debiste llamarme.

Riko: Ni siquiera estaba pensando.

You: Está bien. Solo recuerda que estoy para lo que necesite, siempre.
Asintió y seguimos abrazadas un largo rato. Había oscurecido, sus padres no llegaban, por lo que me quedaría cuanto hiciera falta. Luego de que cenaramos se escuchó el auto. La puerta abrirse y cerrarse. Los pasos hasta la cocina.

Sr. Sakurauchi: Oh niñas... Buenas noches, provecho.

Riko: Buenas noches. ¿Mamá?

Sr. Sakurauchi: Dónde Tsushima, no vendrá a dormir. Disfruten la noche.

Riko: Lo siento mucho.

Sr. Sakurauchi: No es tu culpa hija, aún si lo supieras, no lo es. Cosas entre amigos.

Riko: ¿Estás bien?

Sr. Sakurauchi: Si, pero muy cansado.

Riko: Bien, ve a descansar, la cena estara lista si quieres comer luego.

Sr. Sakurauchi: Gracias, a ti igual You, cuídala.

You: Lo haré, ahora tome un descanso y siga hacia adelante.

Sr. Sakurauchi: Lo haré. Descansen.

Pequeño SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora