Capítulo 10

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Luego de una mala noche durmiendo en el sofá Benicio se levantó por un vaso de leche encontrándose con Matteo quien estaba preparándose un sándwich.

—Hola—saludó Matteo.

—Hola—respondió Benicio con indiferencia.

— ¿Algún problema?—preguntó Matteo.

— ¿Por qué tendría algún problema contigo?—preguntó Benicio con desinterés.

—Supongo que no lo tienes—dijo Matteo retirándose a la habitación.

— ¿Cuáles son tus intenciones con Jim?—preguntó rápido Benicio.

— ¿Con Jim? Nada me cae súper bien, pero solo es mi amiga—se sinceró el italiano de rulos.

— ¿Seguro?—interrogó Benicio— ¿Por qué la tratas como si quisiera algo con ella?—volvió a preguntar.

—Eres muy gracioso—rio Matteo—No quiero nada con ella, como si lo quieres tú—dijo.

—Sólo quiero cuidarla—se excusó Benicio.

—Pues sal mañana con ella llévala a la playa—dijo Matteo mientras lanzaba un bostezo.

Benicio analizó la actitud de Matteo tal vez él tenía razón debía invitar a salir a Jim, le gustaba mucho, y ya era hora de actuar, pues en 3 semanas se acababa el verano, y probablemente no la vuelva a ver nunca más.

A la mañana siguiente

Los siete chicos se despertaron, y tomaron desayuno juntos por suerte Benicio había mejorado su actitud con Matteo por lo que no hubo problemas en la mesa.

—Bajemos a la playa—propuso Simón.

Todos estuvieron de acuerdo, y fueron juntos a la playa era algo extraño, pues sólo se habían visto durante el verano, pero parecía que se conociesen de toda la vida, Delfi y Simón caminaban juntos de la mano, Ramiro y Ámbar se lanzaban miradas cómplices, y más atrás caminaban Jim, Benicio y Matteo.

—Esto es increíble—dijo Ramiro cuando vieron el mar.

—Lo dice el chico que solo quería visitar museos y edificios antiguos—bromeó Simón.

—Oye eso no tiene nada de malo—defendió Ámbar.

—Bien ¿Quién se encargara de la comida?—preguntó Delfi.

—Yo—habló Matteo.

Matteo se fue hasta arriba para comprar algo, los demás chicos quedaron en la playa se sacaron fotos.

—Vamos a nadar—dijo Benicio invitando a Jim.

—¿Qué?—preguntó la pelirroja.

—Dale Jim, vamos—la chica atónita aceptó la invitación no sabía muy bien que pretendía Benicio, pero no dejaría que se detuviera.

—Aquí está la comida—llegó Matteo y entregó la comida.

— ¿A dónde vas?—preguntó Delfi al ver que se el italiano se iba.

—Al parecer aquí todos tienen su amor de verano, y pues yo también conseguí el mío—dijo Matteo riendo.

—Vaya ese chico sí que no pierde el tiempo—dijo Ámbar.

—Ustedes tampoco al parecer—bromeó Simón.

—No somos nosotros quien se lo pasan besuqueándose—respondió Ámbar.

—Eso suena a envidia ¡Ramiro haz algo!—intervino Delfi.

Ramiro miraba la escena divertido, y aprovechó las palabras de Delfi para besar a Ámbar mientras los otros chicos aplaudían.

Verano de Amor [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora