Murahimu

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»Un beso en el cachete«

A él le gustaba los dulces, los azucarados, los agridulces, los ligeramente amargos, los de menta, los de fresa, los de cajeta, le gustaban los caramelos, le gustaban las bolitas de sabores, los conos de algodón, los bombones, los rollitos de azúcar, las paletas con relleno, las gomitas de diferentes formas, los helados, los gusanitos agridulces.

Todo, a Murasakibara le gustaba todo.

Y entre todos ellos estaba él, aquel pelinegro de rostro de ángel .

El más sabroso, el más bonito, el más apetitoso, el más inalcanzable dulce que jamás había visto.

Cada vez que lo veia de lejos era como observar a una paleta de fresa andante, su lunar sería como una gota de chocolate.

El quería besar su rostro.

Desgraciadamente nunca había sido de hablar con muchas personas y no tuvo la oportunidad de acercarse y estampar sus labios por todo el bello rostro del chico de malvavisco .

Sip, así era como Atsushi lo apodaba.

–¿Y cómo está aquél chico?

Le preguntaban algunas veces sus amigos, más que nada el molesto de Aomine.

Y él solo respondía.

–El chico malvavisco, está bien.

El gigante casi pudo reír, casi, al enterarce que era primo de unos de sus amigos.

Y así fue como lo conoció, su nombre podía ser casi una marca de gomitas.

Él se imagino comprando gomitas Himuro Tatsuya.

Pero lo descarto, seguro solo el las consumiría.

El chico malvavisco hacia todo acorde a su apodo, era tan blando, pacifico y dulce como una bombón.

Atsushi intento besarlo la primera vez pero fue detenido discretamente por Kagami.

La tercera vez que lo intento, quien lo detuvo fue Akashi, siendo el también el que lo detuvo más veces de cometer una locura.

¿Cómo era una locura querer probar un dulce?

La séptima vez fue Midorima, este le dio un gran regaño y le enseñó acerca de cómo poder pedir un beso apropiadamente.

Fue gracioso que cuando este terminará, Kazunari, el amigo del peliverde le susurrara que no escuchara a los demás y solo siguiera su corazón y sus instintos.

El no lo pensó mucho y fue que por décima quinta vez lo intento besar, cuándo por fin nadie se interpuso.

–Eres como un malvavisco humano.

Le dijo después de besarlo, el chico, Himuro estaba ligeramente sonrojado y había ocultado su rostro con su cabellera, había hablado un par de veces con el y este siempre había sido amable y social.

Pero ahora era tan tímido como una lechuga.

–Gracias, t-tú también eres muy dulce.

Eso era lo más bonito que nunca le habían dicho.

Sonrio por primera vez a todos los presentes y no entendió porque todos lucían tan sorprendidos.

Todos sabian que tarde o temprano besaria el lunar de chocolate de Himuro.

Los otros no sabían que hacer, que era más raro, ver al gigante sonreír o ver lo ingenuo que era al solo besar el cachete del pelinegro y no sus labios, como todos habían pensado que haría.

Como fuera, al verlos allí, supieron al instante que su relación avanzaría muy lentamente pero talvez sería las más duradera y dulce de todas.

Como un caramelo, pensaron irónicamente.

Un beso en el cachete quiere decir, me gustas.




Gracias por leer, agradezco a los que siguieron capítulo a capítulo, a todos los que votaron y a todos los que en el futuro hecharan un vistazo a esto.
↔️The end↔️

«You and Me» [KnB] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora