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—¿Por qué?— pregunté frunciendo mi ceño. Chan me miró fugazmente y volvió a fijar su vista en el suelo.

—No puedo corresponderte como tú quieres que lo haga, no puedo sentir lo mismo que tú sientes pero si tan solo no confundieran nuestra amistad con algo más...

Bufé irrumpiendo sus palabras.

—¿Quien está confundiendo algo? Hyung no estoy confundido con respecto a mis sentimientos, la verdad es que...

—¿Qué sabes del amor JeongIn?

Sentí algo oprimir mi pecho, levanté mi vista y sentí mis piernas temblar. Su mirada fría y su expresión neutra, no estaba bromeando.

—¿Qué?

Pregunté aún sin salir de mi trance solo observando sus ojos vacíos y sin vida.

—No sabes sobre el amor JeongIn, no tienes la edad adecuada.

—¿Desde cuándo la edad importa? ¿Acaso solo si yo soy un hombre de cuarenta años, puedo amar?

—No es eso lo que quise decir— Chan rodó los ojos.

—¿Entonces?

—No lo entenderás JeongIn, eres solo un niño.

Y eso fue suficiente, me di la vuelta inflando mis mejillas y caminando a grandes pasos hacia la entrada del instituto, con mis manos hechas puño.

Al entrar ignore totalmente todo el alborotó que había, según lo poco que alcance a escuchar hoy se trasladaría un estudiante nuevo y los rumores decían que provenía de una familia rica. Aunque eso poco me importaba en estos momentos. Llegué a mi salón y tome asiento aún con mis mejillas levemente abultadas y mi rostro se había tornado rojo debido a el enojo.

Sentí a alguien sentarse a mi lado, acompañado de la llegada de mi; ahora, compañero de escritorio, llegaron susurros de mis compañeros hasta mis oídos.

Dirigí la mirada hacia la persona a mi lado y mi respiración se detuvo. Labios gruesos, piel pálida, cuerpo perfecto, manos delicadas y una dulce mirada.

—Hola—. saludo el extraño.

—H-hola— le respondí.

—Soy HyunJin ¿Y tú?

HE SAYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora