Turn Off The Lights | Kookmin✿

8. Orgulloso de ti.

Los chicos estaban comiendo en la sala en la que minutos antes Jimin y Jungkook habían compartido una sesión de ardientes besos. Ellos no habían sospechado nada al respecto, por suerte habían llegado completamente hambrientos. Compraron algo de comida para que Jin les cocinase como de costumbre, y otros comían lo que quisiesen, siempre era lo mismo. Los demás riendo como locos y la risa de Hoseok y Jin resonando en todo el departamento. Siempre lograban contagiarle de felicidad, pero ahora no.

Mientras, estaba Jungkook que sentía todo menos felicidad en ese momento, los únicos sentimientos que tenía eran: desesperación y miedo. Se sentía como un completo desastre. De las personas que pudiesen enterarse sobre lo que sea que tenía con Jimin, la que más le aterraba que se enterase era Yoongi.

Yoongi era el tipo de persona que te decía las cosas claras y como las sentía. Era honesto, más que cualquier persona que haya conocido, era sarcástico y algo brusco en su forma de hablar muy a menudo, aunque en el fondo siempre te ofrecía tu amistad incondicionalmente, y no importaba cuánto durase tu tristeza, él se quedaba hasta que se te pasase. Era una especie de amigo raro pero increíble.

Es por eso que sentía que podía morir en ese momento, o podía ser apoyado y escuchar unas lindas palabras, o podía oír algo cruel que le rompería el corazón. Con Yoongi era todo o nada, temía mucho por la cara que pondría o cómo reaccionaría. Nunca había hablado con él sobre esos temas, aunque seguro le diría algo que le cambiaría la vida y el pensamiento. Todo lo que oía de su boca siempre le transformaba o le cambiaba de alguna forma.

Estaba encerrado en su habitación porque después de haberlo mirado fijamente como si fuera una maldita estatua no supo hacer algo más inteligente, huyó de la sala dejando a Jimin desamparado frente a aquella situación; su mochi, su lindo mochi.

Siempre era lo mismo ¿Hasta cuándo duraría su cobardía? Ahora se encontraba llorando ahogando todas sus penas en la almohada mientras oía como Yoongi insistía en la puerta. ¿Era mejor enfrentar todo o sólo quedarse en esa situación, a vivir para siempre? No se atrevía a enfrentar la situación. Todo le estaba consumiendo cada día más.

—Jungkook, vamos, abre, sólo quiero hablar contigo.

—Yo no quiero hablar ahora.

—Sabes muy bien que evitando hablarme no vas a lograr que deje ese tema en el olvido.

Yoongi seguramente le preguntaría después de que saliera de esa habitación, y lo haría de ser posible millones de veces hasta obtener información. No era metiche como tal, pero era muy meticuloso y le interesaba de sobremanera ayudar a los demás, sí, ese frío chico de tez pálida tenía un bello corazón. Fue por eso que se acercó a abrir la puerta intentando que saliera el menor sonido de ella, no quería que nadie se percatara de que había abierto la puerta.

Lo vió y sintió mucho miedo, aunque sabía a la perfección que el chico jamás le juzgaría, pero si le diría algo muy honesto y directo, y esa era precisamente la parte que más temía.

Se tiró sobre la cama y abrazó su almohada con la única intención de mirar hacia el suelo.

—Primero que nada, tranquilízate, no es como si fuera a matarte. Quita esa mirada, me desespera.

Jungkook se armó de valor y lo miró esperando al fin sacar todo el miedo y la soledad que llevaba dentro de su corazón.

—Bien, no voy a preguntar qué fue lo que ví porque sé exactamente lo que ví. La pregunta aquí es, ¿desde cuándo, Jungkook? —dijo cruzado de brazos el chico de cabellos rubios que le miraba con una expresión bastante relajada.