Capítulo 8

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CAPÍTULO 8

Hermione entró a su casa con cansancio, vio que su esposo aún no llegaba así que puso agua a calentar y sacó de la alacena lo necesario para hacer una pasta, se dispuso a cambiarse de ropa después de un largo día laboral, cuando terminó de subir las escaleras vio encendida la habitación principal, se extrañó por un momento y se acercó despacio hasta ver que su recámara había sido volteada completamente.

Se acercó a su esposo que estaba sentado en un pequeño sillón cerca de la ventana, su mirada oscura y penetrante la taladró por completo, ella en silencio vio un buró volteado y un florero hecho añicos en un rincón, había ropa regada por todos lados y una botella de licor descansaba en la alfombra cerca de él.

¿Severus qué fue lo que ocurrió?

Él no respondió aquella interrogante, se levantó hasta poder llenar su copa y la bebió completamente antes de comenzar a caminar por la estancia.

¿Qué fue lo que pasó? No me asustes.

¿Por cuánto tiempo más pensabas sostenerme una y otra mentira Hermione? — le preguntó con una pasividad que ella no se esperaba, no se dirigió a ella, por alguna razón luchaba por no sostenerle la mirada, pero aquella pregunta la puso nerviosa.

¿De qué estás hablando? — lo vio alzar la ceja en burla y aquella sonrisa enfurecida apareció sin previo aviso.

Debe ser difícil suponer qué mentira he descubierto ¿no? Mi querida esposa esconde más de un secreto con su aberrante marido — Hermione se alejó, su esposo había hecho todo ese desastre en un arrebato de furia contenida, eso significaba que ya sabía de su trabajo.

Si hablas del trabajo, eso tiene una explicación y el hecho de destrozar toda la casa habrá sido una completa estupidez.

Él asintió dándole la razón, continuó bebiendo otorgándole un absoluto silencio, desde el fondo del bolsillo del pantalón acariciaba la tarjeta donde había visto a su esposa con otro hombre, los celos lo estaban torturando lentamente y las imágenes iban y venían sin darle tregua, se la imaginaba siendo acariciada por otro hombre, harta de él y arrepentida de un matrimonio producto de la soledad, y ahora sintiéndose plena con un hombre joven que la hacía sentir viva, la sentía atrapada en esa casa, con una familia que no le daba lo que tanto deseaba y soñaba.

No tiene nada de malo que trabaje, el hecho de que ahora Vladimir te caiga mal no es mi problema — dijo con valentía excedida.

Claro que es tu problema, una mujer no es tonta Hermione, y no creo que tu inteligencia se haya reducido en estos meses y no te des cuenta de las intenciones de Vladimir. — No podía negar aquello, su esposo tenía razón ¿pero acaso ella era la culpable? —, pero no te importó ¿cierto? Sin embargo, la mentira radica en ocultarme dónde trabajabas, en mentirme sobre su jefe y burlarte a costa mía.

No me burlé — se defendió como pudo —, pero sabía que no ibas a entenderlo, sabía que ibas a...

¡No sigas mintiéndome! — le gritó haciendo que ella se callara de inmediato —, hiciste esto con toda la intención, ¿creíste que era lo más justo no? Sintiéndote desplazada por una mujer que sólo existía en tu cabeza, sintiéndote con el derecho de hacer esto, querías que te celara que sintiera esta locura dentro de mí — le reclamó con dolor y ella no lo negó, no pudo hacerlo, había sido estúpido de su parte e infantil, pero lo había hecho —, ¿por qué con él Hermione? — le preguntó herido, y ella se arrepintió de lo que había hecho.

Cuidaré de tiWhere stories live. Discover now