Capítulo 5 Rápido pero intenso a la vez

76 0 0
                                    

Ya eran las tres de la madrugada y nosotros aún no estábamos bajo el techo de nuestras casas, pero íbamos de camino. De Alex y Jacobo nos despedimos en el Faro porque vivían en sitios diferentes.

Jesús y Dani nos acompañaron hasta casa ya que nos separaban 30 escasos metros.

-Pues será que hay que separarse ya, ¿no? -dice Dani cabizbajo.

-Será... -le sigue Ana imitándolo.

Se abrazaron y cuando se dieron cuenta de que Jesús y yo los estábamos mirando fijamente se separaron y Ana empezó a buscar sus llaves en su bolsito. Yo me despedí de los dos con otro abrazo y dos besos pero con Jesús digamos que hubo más química.

-Milaa que no tengo las llaves y mis padres están durmiendo y como que ahora no voy a llamar al timbre! -dice Ana un poco alterada.

-Madre, tienes la cabeza fuera de su sitio!

-¿Me podría quedar a dormir en tu casa?- dijo con cara de perrito abandonado.

-Eso no se preguntaa.

-Guapetonas, nosotros nos vamos también nuestros padres estarán preocupados! ¿Hablamos mañana no? -nos interrumpe Dani mientras nosotras casi que nos habíamos olvidado de que seguíamos con ellos.

-Por supuestísimo! Ya pensamos nosotras algún plan chachi.- contesto yo volviéndolos a abrazar. Ana hizo lo mismo y nos fuimos a mi casa sin hacer ruido ya que mis padres también estaban en el séptimo sueño.

Conseguimos entrar en mi habitación sin que mis padres se despertaran. ¡Bien! Nos pusimos los pijamas (le presté uno a Ana) y nos acostamos en mi litera, las dos viciándonos a los móviles. Visité Twitter, Instagram... Whatsapp claramente no porque eran casi las cuatro de la mañana y todos estaban en el sueño más profundo.

Dejé el móvil en la mesilla para irme a dormir y a los tres minutos (ya estaba medio dormida) me sonó el tono de llamada del teléfono con el volumen a tope (lo tenía así por la fiesta) y casi me da un paro cardíaco del susto. A mi querida amiga creo que también. En fin, que no iba a ser otro sino Jesús.

- Se me olvidaba decirte que sueñes conmigo, guapetona.-me dijo con esa voz algo rasgada pero muy seductora, nada más descolgar sin dejarme hablar.

-Tú no puedes parar de sorprenderme cada vez más, ¿no? -dije susurrando.

-Es lo que intento.

-Pues el intento te está saliendo de lujo, vamos.

-Me alegro! Bueno princesa, no te olvides de soñar conmigo. Ya no te molesto más.

-La verdad que me quedaría toda la noche hablando, Jesusito, pero se me cierran los ojos. Mañana os llamamos para quedar. Un besitoo

-Y a mi... Venga vale mañana hablamos. Otro para ti, amor.

Descolgué y enseguida saltó Ana a cotillear.

-Qué boniitoo tíaa

-Uf, demasiado bonito creo yo. Anda duérmete ya que hay que estar frescas para mañana. Otro día más con ellos!

-Vaale venga! Buenas noches sis!

-Buenas noches!

Ahora sí, dejamos los móviles y nos fuimos a dormir. Yo me quedé un largo rato pensando en Jesús.

Era todo tan raro, y como le dije antes a mi rubia, era demasiado bonito. Yo no me quiero enamorar de él, porque al fin y al cabo no sé si lo volveré a ver otra vez, cuando termine este verano. Pero lo estoy haciendo, me estoy volviendo loca por sus huesos. Y la verdad, la pregunta es: ¿cómo no enamorarme de él? Me cuida, me protege y es capaz de sorprenderme con cada mínimo detalle que dice o que hace. Lo mejor de todo es que creo que los dos nos hemos dado cuenta de que estamos hechos el uno para el otro en tan solo un par de días. Todo está llendo muy rápido pero intenso a la vez.

******************

-Mila, despierta!- dice mi madre tocándome el brazo.

-Mamá, déjamee, estoy cansada!

-Escucha, son las 10 ya, nosotros nos vamos al norte todo el día a arreglar papeles y eso. Le he dicho a Pedro (un amigo de la familia que es piloto de mini-yates que se alquilan), que os lleve hoy todo el día a vosotras y vuestros amigos en uno de sus barquitos para que no os quedéis aquí tirados.

-Mamiiii, te quiero, te quiero, te quieroo! Perfecto, me encanta, voy a llamar a mis amigos- dije levantándome de golpe y dándole un fuerte abrazo. El cansancio se esfumó enseguida.

*CONVERSACIÓN TELEFÓNICA (Mila y Jesús)*

-Dooormilooón, levanta que os tenemos una sorpresa- dije cuando descolgó.

-En cero coma estamos allí, princeesa

-Venga, os esperamos! Traeros el bañador!

-Vaale, un besito.

-Daros prisa feos! -le contesté y colgué rápidamente para despertar a Ana y prepararnos nosotras también. Mis padres se fueron a los dos minutos de despertarme a mí.

Las apariencias engañanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora