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Camille:

Vivir y trabajar en Nueva York es un sueño para muchos. Yo nací y me crié en mi amado Brooklyn. Estudié Derecho y tengo mi propio estudio jurídico. Estoy comprometida con Mark Keller, decir que estoy muy feliz, es poco.

Lo conocí en la universidad, es un excelente médico, neurocirujano para ser exactos. Hemos estado juntos desde entonces. Decidimos comprometernos hace dos años y en dos días nos casaremos.

Esta noche saldré con las chicas a celebrar mi fiesta de despedida de soltera. Mis mejores amigas Olivia Duncan y Brianna O'hara estarán allí, son mis damas de honor y mejores amigas desde la niñez.

Vivimos juntas las tres en un pequeño departamento, cuando la boda con Mark ocurra, me mudaré a su departamento y en un año compraremos nuestra casa.

Para las tres, vivir juntas estaba bien, desde aquí "podríamos dominar el mundo".

Eso dice mi madre.

Antes de ir con las chicas, a ponernos bellas, decidí pasar por el piso de mi novio. Allí dejé mi cartera favorita así que iré por ella. Voy en mi auto hasta allá, entro al estacionamiento y me dirijo al ascensor. Aprieto el botón y las puertas se abren, entro en el y elijo el último piso, en ese vive Mark.

De repente siento angustia y no se a que se debe, me digo a mi misma que deben ser ideas mías y vuelvo a mi actitud positiva. Salgo de la caja diabólica con una sonrisa y llego a la puerta de su casa. Tengo llaves así que no toco el timbre. Está todo en penumbras, algo raro para esta hora del día, entro lentamente hasta que freno en seco, hay algo en el piso y no es un objeto mio: un brassiere rojo.

Un gemido me hace levantar la cabeza. Dios mío ya sé que encontraré en esa habitación, pero no quiero ir a ver, sin embargo mis pies se mueven solos.

La puerta de la habitación esta entreabierta, se escuchan gemidos ahogados y respiraciones entrecortadas, me hago paso a su habitación y mi mundo se rompe en mil pedazos.

—Vaya, te tardaste en follarte a tu nueva asistente, es un récord —mi voz sale tan trémula que me dan escalofríos. Ellos dejan de tener sexo como conejos y se giran ojiplaticos, más bien Daisy lo hace, Mark no... Él tiene cara de satisfacción, algo que rompe más mi corazón si es posible.

—Tú te tardaste en descubrirlo, eres una muy buena abogada cariño, pero la vida en pareja jamás se te dió muy bien.—siento el sabor de la bilis en mi boca, asco es poco al lado de lo que este "hombre" produce en mi.

Daisy sale disparada en su vestido negro ajustado y sus zapatos en las manos. No voy a decir que es una zorra, ¿para qué lo haría?, siempre supe que Mark era un mujeriego, un maldito libertino, sin embargo no creí que fuera a hacer esto dos días antes de casarnos.

Él me mira de manera despectiva, mentiría si dijera que no conozco esa manera de mirar, claro que lo hago, pero jamás la utilizó en mi.

Ahora, parada aquí, en esta habitación en la que me hizo suya mas de una vez, donde mas de una vez dijo amarme, estámos parados uno frente al otro, él se puso unos pantalones de chándal, yo me abrazo a mi misma por que estoy en un estado de vulnerabilidad enorme.

Siento un nudo en mi garganta que me impide respirar correctamente. El dormitorio se siente pequeño, me asfixia sentir el perfume de Daisy, de Mark y luego sentir el olor a ellos juntos, se me retuerzen las entrañas porque la imagen de ellos dos teniendo sexo llega a mi instantáneamente.

—¿Por qué casarnos Mark?. Si no me amas, porque es evidente que no lo haces, ¿Por qué me propusiste matrimonio si no ibas a ser fiel?.—él rueda sus ojos y toma aire profundamente, como si tuviera que explicarle algo a una niña pequeña que no entiende cuando le dicen que "no".

—Eres estúpida Camille, ibas a ser una esposa de adorno, ¿no te das cuenta?, eres sexy, de muy buen ver, muy inteligente y puedo presentarte en mi reuniones en el hóspital. ¿Tú crees qué a Daisy la puedo llevar?. Por dios santo, será mi asistente, pero solo tiene aire en la cabeza, sólo tiene buenos pechos, además de que folla muy bien. Algo que tú-...

La bofetada que le doy a Mark no dolió nada, no se compara con lo que sus palabras me dolieron. Que solo vea en mi un objeto y nada más, duele demonios. Años con él para finalmente encontrarme con un bastardo malnacido que no quiere a nadie, sólo a él mismo.

—Cariño, debías saberlo, ahora lárgate de aquí, vete y cancela este maldito circo. Mis padres me harán un monumento, jamás te soportaron y amaran saber que no nos casaremos.—un sollozo sale estrangulado de mi garganta, no por que sus padres no me quieran, a esos que los parta un rayo.

Lloro por que la rabia me corroe.

Me limpio las lágrimas, levanto mi frente, no por orgullo. Si no porque quiero rescatar la poca dignidad que este maldito infeliz me quitó. Él solo levanta su ceja y me muestra su sonrisa más sínica.

—Vete al demonio Mark. No seré la que llore al final y... No creas que eras tan bueno en la cama cariño, Daisy estaba fingiendo, debo felicitarla por eso, una excelente actriz. No te preocupes por la boda, cancelaré todo — Mark aprieta tanto su mandíbula que parece que se le romperá.

Salgo del apartamento como si no hubiese sucedido nada. Al subir al ascensor me siento morir, pero no permito que mas lágrimas salgan. Conduzco como autómata y llego al departamento. Las chicas me ven sorprendidas. Apenas cierro la puerta caigo de rodillas al piso y lloro.

Duele. Claro que duele, lloro por él, lloro por mi, lloro por mi alma que está rota.

Lloro hasta que me duermo en el sofá y a la dulce voz de Olivia que me canta una canción, es la que me lleva a un mundo donde el dolor no está, no hasta que vuelva a despertar y vuelva a ser yo misma.

Bueno,iniciamos con Cam y Jake,quería contar que paso bien,voy a arreglar eso en la historia de Oli y Joe,pero tiempo al tiempo. Espero les guste y ya saben,lean,si les gusta comenten y muestrenme su amor dejandome sus estrellitas. Besos 😘.

~D ❤.

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