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Camille:

Llegué a mí oficina, mí hermano estaba atendiendo a unos clientes, el día que me queda será algo largo, tengo una cita con una posible clienta, quiere divorciarse de su marido.

Veremos qué ocurrirá.

Apenas entro a mí oficina, le pido a Blake, mí secretaria, un café bien cargado, lo necesito con urgencia.

Miro los recados que tengo y recibo mí amado elixir de la vida. Estoy en una relación de amor con mí café.

Ya en mí escritorio, me siento en mí adorada silla giratoria roja, mi oficina tiene excelentes vistas, me gusta mucho mí lugar de trabajo.

Pienso en todo lo que hicimos con mí hermano, nos costó mucho llegar hasta aquí.

Si bien tuvimos el apoyo de nuestros padres, no fue fácil estar en donde estamos. Somos jóvenes los dos y en líneas generales, cuesta ser abogados desde tan temprana edad. A los clientes les cuesta confiar.

Sin embargo nos hemos hecho camino en este negocio y somos el estudio más solicitado en la ciudad. Algo que nos llena de orgullo.

—Camille, el señor Baxter quiere hablar contigo.

La voz de Blake me trae al mundo y la observo con una sonrisa socarrona, ella se sonroja furiosamente y yo suelto una carcajada.

—Blake, se que estás enamorada de mí hermano, ¿Por qué no le dices de una vez lo que sientes por él?,¿Qué te detiene?.

Ella baja su vista al suelo, y yo muerdo mí lengua. No debo meterme en estos asuntos, pero se que está así desde que comenzó a trabajar en el estudio. Quedó flechada con mí hermano, aunque él es tan ciego que no lo nota.

—Tú sabes Cam que él no me ve de esa manera. Solo soy una secretaria que sirve sus cafés y atiende sus llamados, no soy otra cosa para él.

La tristeza que hay en sus palabras calan hondo en mí, me duele verla así. Es una mujer muy dulce y tiene un carácter fuerte, pero eso queda a un lado cuando el señor Baxter hace su aparición.

Mí hermano es un buen hombre, es joven y tiene mucha ambición, quiero lo mejor para él. Sucede que el amor es algo que está muy lejos de su vida.

Sobretodo después de que Cinthia Gold lo abandonara.

Es algo de familia. Somos los abandonados.

En fin, volviendo a la bella castaña que tengo frente a mí, siento que debería poder hacer algo por ellos. Lo merecen.

Ya pensaré en algo.

—Bien, no hagamos esperar a ese hombre. Se altera cuando algo no sale como quiere.

Blake suelta un risa conocedora y nos encaminamos a la oficina de mí querido hermano.

Tocó la puerta y un "adelante" se deja oír del otro lado

—Alan, ya estoy aquí, ¿Ocurre algo?.

El levanta la vista de unos documentos. Tiene sus lentes de lectura, la montura casi tan delicada da sobre su nariz y sus cejas gruesas y oscuras dejan de fruncirse, su camisa blanca está arremangada hasta los codos y eso indica el estrés que tiene desde tan temprano, sus ojos celestes se enfocan en mí pero noto que también observan un punto detrás.

Blake.

—Por favor señorita Nielsen, traigame otro café cargado y consiga el número de Susan Simmons, me urge hablar con ella.

—Si señor Baxter. Con permiso.

Escucho la puerta cerrarse y observo a mí hermano con más atención. Está tramando algo yo lo sé y lo conozco.

—¿Por qué eres así?.

La cara de poco entendimiento me da pie a preguntarle más y asi poder hacer algo a favor de Blake.

—¿Así como?. Explicate por favor.

—La tratas como si ella no valiera nada, sabes que Blake es una excelente secretaria y una mujer maravillosa, no entiendo porque eres así con ella.

—Sé perfectamente que es una excelente secretaria, no la tendríamos aquí si no fuese asi.

—¿Y que piensas de ella como mujer?.

—No la conozco tanto para tener una opinión certera de ella.

—¡Por dios Alan!. Está aquí hace tres años, no puedes decir que no tienes una opinión de ella. Más sabiendo que eres un hombre demasiado observador.

—Baja la voz que pueden oírte mujer.

—¿Te preocupa que ella nos escuche?.

—Si, no, no lo sé.

—No entiendo porque das tantas vueltas para responderme lo que te estoy preguntando Alan.

—¡No interesa lo que yo crea de ella Camille, está en pareja!.

Definitivamente no me esperaba algo así.

—¿Y tú como lo sabes?.

—La vi y es lo que importa.

—¿Le preguntaste acaso?

—No

—¿Y como supones tú que es su pareja?.

—Porque la vi abrazarse a él.

Una risa casi irónica sale de mí, mí hermano me mira con cara de pocos amigos.

—¿Estás celoso?.

Su rostro se pone pálido y comienza a mover sus papeles en el escritorio, hace eso cada vez que quiere evitar responder algo:—¿Estás loca?. ¿Por qué estaría yo celoso de mí secretaría?.

Un golpe en la puerta lo hace respingar en su asiento y no puedo evitar sonreír como tonta.

Querido hermano estás en problemas.

—Adelante.

—Señor Baxter, su café y el número que me pidió, ¿Necesita algo más?.

—No gracias, es muy amable.

—Yo si Blake, quiero preguntarte algo.

Mí hermano me observa y puedo ver dagas salir de sus ojos. No puedo evitar dejar pasar esta oportunidad.

—Dime Cam.

—¿Me dices el nombre de tu pareja?. El muchacho que vino a buscarte el otro día.

Blake parpadea confusamente, está pensando de que hablo y veo como su rostro cambia a uno de conocimiento.

—El muchacho que vino es mí hermano, Kevin, venía de la universidad y paso por aquí para llevarme a cenar. ¿Por qué... preguntas?.

Ella mira a Alan y luego a mí. Es claro que no entiende nada, así que solo le pido un jugo de naranja y ella se retira.

—¿Ves?. ¿Ahora me puedes decir que piensas de ella o es que sus parejas imaginarias te detienen?.

Mí satisfacción es palpable y la contradicción en la cara de Alan lo es otro tanto.

Adoro desacomodar las estructuras de mí hermano.

Lo necesita de vez en cuando.

—No voy a hablar más del asunto Camille, te llamé para hablar del caso Reynolds, no para saber de la vida privada de mí...de nuestra secretaria.

Yo sonrio enormemente y decido, por el momento, dejarlo en paz.

Ya encontrare la forma de que se de cuenta que está más que rendido con Blake Nielsen.

No se va a liberar tan fácil de mí.

~D ♥️

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