Desepciones

2 0 0
                                    

CAPITULO. 16


-A ver, tranquila, se que esto es muy confuso, pero tienes que...

Ya a este punto me encontraba al borde de un colapso, sentada en una esquina de la oficina al lado de la librería, con las manos sobre la cabeza y... ¡¿Él iba a decirme que me calmara?!.

-¡Ni-se-te-ocurra, decirme que me calme!. -Digo entre dientes muy molesta, me levanto y lo señalo con mi dedo índice.

Mis emociones tropiezan entre si, no se, si sentirme molesta, confundida, triste o traicionada, solo el pensar que sentí un amor platónico por una persona que desconocía totalmente, me hace sentir vergüenza.

Marcus no me miraba y eso me enojaba más. -No tienes ni la decencia de mirarme. -Bufo y volteo mis ojos.

-Si te miro podría ser muy peligroso para ti. -Dice serio cubriendo su ojos con sus manos, eso me sacó de mi enfado, el tiempo que llevo conociéndolo, jamas lo había visto tan serio.

¿Será porque no lo conoces realmente?.

Es posible.

-Te estoy dando una oportunidad para que me cuentes, todo. -Me acerco a él quedando frente a frente. -Y eso, solo porque se trata de ti.

Él sonríe pero no quita sus manos de los ojos. -No sé cómo hacerlo sin asustarte, además, prometí ser prudente. -Él se ríe por eso, pero en realidad, yo no lo entendí.

Me acerco más, tanto que puedo sentir su respiración. -Puedes empezar por esto. -Coloco mis manos sobre las suyas apartándolas de su rostro. -¿Por que no me miras?. -Pregunto mirándolo a los ojos sin poder evitar sonreír, Dios necesito ayuda.

Después de decir eso, él me miró a los ojos sonriente, pero en cuestión de segundos se puso serio, mirándome con tanta intensidad que se me dificulta respirar de manera normal. -Necesito que controles tus emociones, o de lo contrario, terminaré besandote.

Y si, señoras y señores, Megan Cooper se quedó sin palabras, o al menos por el exterior, porque mentalmente chillo tanto que me estoy irritando a mi misma.

¿Realmente quieres que te bese una persona que no conoces?

Detesto mi conciencia, pero tiene razón, el hombre que está frente a mí, tal ves no sea el que yo pensé que era.

-Sigo siendo el mismo, Meg. -Susurra, yo me alejo mirándolo con ironía.

-El mismo, ajá, solo que olvidaste decirme la parte en la que conoces a Nate, por lo que supongo que también eres como nosotros. ¿Me equivoco?

El me mira y niega con la cabeza. -¿Por qué te molesta tanto?, tú me ocultaste lo mismo.

Buen punto.

-Tienes razón... No debería juzgarte cuando yo hacía exactamente lo mismo. -Bajo mi rostro avergonzada y él toma mis hombros con ambas manos.

-Quiero que sepas, que yo estuve en ese horrible instituto, solo por ti. -Él ríe y yo no puedo evitarlo así que subo mi cabeza y lo miro a los ojos alzando una ceja.

-Te recuerdo que solo has estado un año. -Digo como burla.

Él cuenta con los dedos mordiendo su lengua concentrado. -Un año de profesor de historia, incontables vidas protegiéndote, catorce minutos como tu amigo, y treinta y dos noches sin dormir todas las veces que lloraste antes de dormir.  -Dice sonriendo de lado, con esa expresión de tranquilidad, típica de él.

Al principio me puse a pensar en lo vergonzoso que es enterarme de que él me vio, pero me parece tierno que recuerde todo con tanta determinación.

Inmortal (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora