para empezar, diré que es el final.

641 53 3
                                    

Querido diario.... Siento haber tardado tanto en escribirte, tengo muchas cosas que contarte y como termina esta historia de este ¿Cuadrado amoroso?

En fin... Doy comienzo al final.

***

—¿Donde diablos se han metido? – Dije en un susurro cuando me percaté de que Mimi y Ana habían desaparecido.

Miriam me miró de reojo y se encogió de hombros.

— Si te soy sincera me importa poco. – Soltó.

— ¿Pero como te va a dar igual que mi novia y tu novia hayan desaparecido juntas? – Miriam permanecía callada. – Espera... ¿No estarán haciendo lo mismo que nosotras, no?

— Eres una empanada Amaia. – Dijo con el ceño fruncido. – Aparte, te tiene que dar igual, ¿No? Nos hemos liado antes y tu novia te estaba importando una mierda en esos momentos.

Ya había sacado su lado celoso conmigo.

— A ti también te estaba importando una mierda tu novia en esos momentos. – Negó y se fue junto a Agoney.

— ¿Y ahora coge y se enfada ella? Menuda cara que tiene.

Decidida, decidí ir en busca de Ana y Mimi. Iba absorta en mi búsqueda hasta que oí ruidos raros en el baño de mujeres.

Ya sabía lo que estaba pasando, oía los gemidos de Mimi y los suspiros de Ana.

Y diario.... Si te soy sincera, en ese momento me importó una mierda todo.

Me daba igual que Mimi y Ana se estuviesen liando, solo pude pensar en Miriam.

Se supone que ellas tenían una relación cerrada, ¿Acaso Ana le estaba engañando a Miriam y ella por amor tenía que aguantarlo? ¿Y si Ana le había dejado a Miriam?

Ahora podía entender un poco más su comportamiento.

Volví con el grupo pero Miriam estaba con Agoney y Raoul e intuía que no quería hacerme ni caso ya que esquivaba cada una de las miradas que le estaba echando.

Al acabar las excursión y subir al autobús vi que Miriam se había cambiado el sitio con Ricky, ahora era Ricky mi compañero de autobús y Agoney el compañero de Miriam.

— Lo siento tía, me insistió muchísimo en cambiarme el sitio, quería hablar con Agoney. – Yo asentí sin decir nada. – Oye, ¿Pasó algo? Miriam parece muy decaída a decir verdad.

— Ni yo misma lo se, Ricky. – Él me dejó de insistir, cosa que me impresionó por su parte ya que a el le gusta mucho el morbo.

Al llegar a nuestra parada bajé rápidamente del bus para irme directamente a mi casa como lo hicieron los demás.

Noté unos pasos rápidos  que venían hacia mi y era nada más y nada menos que Mimi.

— ¡Amaia!...¡Amaia espera!... – La ignoraba, no quería hablar con nadie. – Pero tía que te pares que tengo que hablar contigo.

Me paré y esperé hasta que Mimi llegó a donde estaba.

— Mimi, ahora no quiero hablar, ¿Vale? No estoy de humor. – Susurré tristemente.

— ¿Por qué? – No le contesté. – ¿Nos has visto?

— Si, os he visto... – Abrió los ojos sorprendida.

— Amaia... Yo pensaba que esto que tu y yo teníamos era una tapadera, ya me lo dijiste tu... Pero... Siento muchísimo si te ha dolido, de verdad, yo pensé que... – Le corté.

— Mimi, no estoy dolida por que te hayas follado a Ana en los baños. – Suspiró aliviada. – Estoy dolida por que Miriam es confusa y a la vuelta a pasado de mi.

— Yo no se... Ana directamente me llevó al baño... No me contó nada, solo pasó lo que pasó. – Fruncí el ceño.

— ¿Enserio? – Reí. – ¿Enserio me estás diciendo que Ana te ha llevado al baño y habéis acabado follando y tu no se lo has impedido?

— No... – Se encogió de hombros sin saber que decir. – Es que... ¡Es Ana, tía! A mi me puede... – Empezamos las dos a andar en dirección a mi casa.

— Bueno, lo entiendo por que me pasa lo mismo con Miriam. – Ella me miró atónita.

— ¿Ha pasado algo más en ese museo con Miriam que no me hayas contado? – Sin querer me sonrrojé. – Oh Dios mío.... ¡Cuéntamelo!

— Solo nos hemos liado en el planetario, nada más.

— Y después me dices a mi que si no me resisto... ¡Si tu eres igual! – Las dos nos reímos.

— No se Mimi... Creo que Ana le pone los cuernos a Miriam y ella lo está aguantando por amor... – Sentí como Mimi se tensó enseguida.

— Vaya... Joder, ahora me siento muy culpable. – hice un movimiento con la mano para cortarla.

— No te sientas así, Ana no te dijo nada. – Mimi seguía tensa. – O a lo mejor Ana le ha dejado a Miriam por alguna razón y Miriam está mal. – Ahora me sentí mal yo. – Puede que Miriam se haya liado conmigo solo por que se siente sola...

— Mi niña... No digas eso... – Dijo nada más oír como se había roto mi voz tras decir eso. Pasó su brazo por mis hombros.

— Tengo que hablar con ella y terminar esta mierda de una vez. Ya estoy harta de este circo y harta de mentir y que me oculten cosas Mimi. – Contesté decidida.

— Así se habla. Y si Miriam de verdad ha hecho eso por lo que has dicho pasa de ella, hay más personas en el mundo...– "Pero ninguna como ella." Pensé. – Bueno, ya hemos llegado, yo me tengo que ir ya. – Mimi me dió un beso en la frente.

— ¡Oye Mimi! – Se giró a mirarme. – Puedes decir que ya no estamos juntas para estar con Ana sin ataduras. – Ella me dió una enorme sonrisa.

— ¡Gracias, gracias, graciasss! – Dijo corriendo a hacia mi llenándome la cara de besos y después yéndose.

***

¡Hola! Se que he tardado muchísimo tiempo en actualizar, y lo siento con toda mi alma. Aquí tenéis el penúltimo capítulo de la fic. El último lo subiré mañana por la noche.

¿Qué creéis que le pasa a Miriam? Dejármelo en los comentarios.

Nos leemos mañana. 💜

mujer contra mujer [amiriam · warmi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora