El poder del amor

Warbe

Warbe, guerrera de Kievitión, es una mujer hecha y derecha que, lamentablemente, la vida le ha tratado muy mal y ha tenido que abrirse camino a base de codazos y empujones. Gracias a su manejo del fuego y su capacidad de parar el tiempo, ha conseguido llegar a formar parte del ejército.

Cuando su madre murió, ella era solo una niña, estaba muy unida a ella y las circunstancias la indignaron. Empezó a madurar en ese instante dándose cuenta de los errores que se cometieron en su sociedad, entonces se hizo una promesa, no dejaría que nadie más muriera de la forma que lo había hecho su portadora. Además, no se dejaría engañar por ningún estúpido hombre, y lucharía sin descanso para que los Kievitianos cambiarán la forma de tratar a la comunidad LGTB; a los que hasta el momento, se les hacía una prueba muy estricta a la edad de 30 años, con la cual se podía averiguar la orientación sexual. Si el individuo formaba parte de 'la comunidad' se le metía en una especie de prisión, se le torturaba de forma muy violenta y sin piedad.

Con el tiempo, la joven se convirtió en una formidable guerrera, era respetada y querida en secreto por la gente que era parte de 'la comunidad' pues, gracias a ella, mostraban una imagen más competidora.

Su cabello largo, liso y pelirrojo, el cual solía llevar recogido en una coleta o un moño, daba una muy pequeña pista de su poder. Al mismo tiempo que sus finos y rojos labios, y su delicada y blanca tez contrastaba con su marcado carácter. Sus ojos de distintos tonos marrones parecían inyectados en sangre cada vez que alguien era despreciado sin merecerlo.

Ella y su hermano vivían en una pequeña choza cerca del poderoso lago, este tenía más de mil años y contenía un gran poder. Era capaz de crear relaciones, de adivinar el futuro y de otorgar poderes inesperados. En la otra orilla había un árbol que, se decía, había aparecido allí, en lo que era un secarral, por arte de magia. Era la base de las auras y los poderes centrales como son: fuego, agua, hielo, tierra, y aire.

Kievitión, estaba separado en dos regiones, en una vivían los auras negras, que en aquel momento, se creía que eran pícaros y sicarios, ellos podían usar su aura ya fuera para protegerse, o para crear una falsa protección y duplicar el daño. En la otra región vivían los auras rosas, los cuales eran un término medio, y cuya aura solo podían utilizar para hacer el bien. También estaban los auras blancas, cuyo número era el más bajo, pues estaba formado por la familia del rey y unos pocos con suerte. Su aura era más fuerte a la hora de defender, se creían superiores, pero a la hora de atacar mandaban a los rosas al campo de batalla.