Warbe estaba sentada en una larga mesa de picnic junto con una docena de guerreros, llevaba viéndolos comer desde que se había convertido en una mujer guerrera y había decidido luchar, pero siempre le sorprendía el ansia con el que lo hacían.
Mientras disfrutaba de su comida, no podía evitar mirarles durante unos instantes, pues su conducta de críos pequeños le recordaba a cuando vivía su madre, el desayuno siempre era fiesta. Entonces, le caía una lágrima por la mejilla, la secaba enseguida y empezaba a comer; pero ese día fue diferente, mientras les observaba le distrajo el sonido de una pequeña puerta al abrirse, se giró y vio asomarse una cabeza por la rendija, en su mirada se veía un ápice de nerviosismo, espero unos segundos y entró. Empezó a andar hacía una mesa vacía y se subió a ella.
-Ha llegado un mensaje a la corte esta mañana.- decía mientras tamborileaba los dedos es su pecho.
Todo el mundo se dio la vuelta al oír esto, preparados para escuchar. Warbe se puso nerviosa, pues que llegará un mensaje a la corte y fuera transmitido a los guerreros no era lo habitual.
-El rey quiere que os saltéis el entrenamiento de hoy .-dijo más tranquilo al divisar a su hermana.- Los cuatro miembros de la corte real deberán encontrarse con el rey a las diez de la mañana en el salón real.
Los miembros de la corte se miraron entre ellos extrañados esperando más información. El mensajero se puso nervioso al oír los susurros, parecía qué intentara disuadir los pensamientos ajenos.
-Esta mañana ha llegado este comunicado de Asgard .- desenrollando el pergamino. - "Queremos terminar con los malentendidos que han surgido entre ambos reinos debido a antiguas guerras. Para ello, celebraremos una fiesta a la cual estáis invitados La fiesta tendrá lugar en Asgard, durante la noche. Espero que aceptéis esta invitación. Firmado por Odin."
-Y por qué hay que ir hasta allí.- se quejo unos de los guerreros
-Porque cree que vamos a aceptar su propuesta.- salto otro.
-Podemos aceptar y matarlos a todos, sería una emboscada.- se río el primero.
-¡Callaros de una vez!.- gritaron al unísono los miembros de la corte real cortando la discusión.-La última palabra la tiene el rey .
-Yo digo que lo votemos.- decía el guerrero empezando de nuevo la discusión.
Warbe cansada de verlos discutir se puso de pie sobre el banco y se encendió para llamar la atención.
-¡Qué os calleis! .- gritó Warbe lanzando una llamarada proveniente de su magia a la comida, provocando una chamusquina en cadena dejando un rastro de cenizas en la larga mesa - La guerra es de todos, es cierto, hemos perdido a muchos por su culpa, pero ellos también han perdido a muchos por culpa nuestra
-Ellos empezaron.
-No te equivoques.- cerrándole la boca.- Kievitión se unió hace mucho tiempo con uno de los nueve reinos, ellos encontraron la paz, pero nosotros seguimos luchando para vengarnos de los hombres caídos.
-Tu abuelo murió entonces Warbe, al igual que los de la mayoría.- recorriendo con la mirada a los presentes
-Mi abuelo .- decía mientras evitaba que su voz se quebrara.- Mi abuelo murió por una causa noble, quería lo mismo que quiero yo, lo mismo que os estoy pidiendo ahora.- desvió la mirada y recobró sus fuerzas al ver los ojos brillantes de su hermano, que seguía de pie en la mesa contigua.- Mi abuelo quería la paz, yo quiero la paz, de qué sirve seguir luchando si mañana puede morir cualquiera. Si no dejamos de luchar, no dejaremos de vengar a nuestros compañeros muertos.
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El poder del amor
De TodoAsgard, un reino liderado por dioses y Kievitión, un reino mágico, se encuentran en una constante guerra vigente durante años. Odín Padre de Todo, cambiará esto invitando a la gente de Kievitión a Asgard y celebrar una pequeña fiesta pacífica. Loki...