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En un costado, el tenue Atlántico con su carisma, al otro lado, azul e imponente pacífico que reposa su mano desde la cabeza hasta la cintura de mi negrita.

La alegría que despilfarra, desde la planicie de largas llanuras, hasta el filo de las gigantes montañas que forman los valles.

Ay tierra mía, tierra tenue, patria ciega, sorda, culpante. Tierra del cautivo de canto, que con mínima melodía se fulmina el corazón con palabras que perecen.

Tierra desangrada, sepultada en el olvido. Patria madre, hijos héroes, luchando bajo las miradas, con el pueblo a hombros y hambre en sus sueños.

Eres vida, eres muerte, eres todo pero te tienen en nada. Pulmón de la tierra, que no dejamos de fumar; fuma y fuma y se esfuma tierra nativa.

Arde y arde pero siempre serás inmarcecible, arde mi negrita grata y amorosa, hijos bastardos que no merecieron nacer de ti, hijos que aún luchan y lucharán por ti.

!Oh júbilo inmortal!

Domingos Rotos, Domingos Sin Fe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora