Capítulo único

505 54 7
                                    

Tiene las manos manchadas de sangre, puede sentirla tibia y húmeda escurriendo entre sus dedos, el penetrante aroma metálico inunda su olfato y aunque aún siente el peso del arma en sus manos no logra verla por ningún lado, ¿Porque hay sangre en él sí ha escuchado un disparo?

La duda lo carcome al tiempo que siente sus rodillas fallar, la luz amarilla cubre el lugar, como una especie de bodega o sótano no lo tiene muy claro, algunas voces discuten y una en particular grita el nombre de su amigo con dolorosa insistencia, el mismo nombre que repite una y otra y otra vez en su cabeza.

Cuando por fin su mirada enfoca algo más que la mancha roja es que lo ve, el cuerpo siendo levantado por sombras negras, los ojos cerrados y el agujero en su pecho, el mismo tinte rojo formando un delgado camino en la bronceada piel.

Los gritos aumentan de volumen y su cuerpo tiembla cuando lo entiende, lo ha matado, él mismo ha jalado el gatillo, lo han obligado, no, él ha elegido por cuenta propia sin pensarlo, sin comprenderlo del todo.

-¡Shorter!,¡No!¡Déjenlo no lo toquen!

Por fin reconoce la voz, Eiji pataleta luchando contra sombras iguales a las que sostienen el cuerpo de su amigo con el rostro cubierto en lágrimas y la desesperación marcada en cada gesto.

-No.

El murmullo sale quedo, tan silencio que está seguro solo él lo ha escuchado, pero no tiene tiempo más que de repetir la negativa un par de veces en el mismo tono cuando se siente levantar, una presa tensa sus manos y la oscuridad cubre la escena ante sus ojos, escucha gritos y risas burlonas, con tal sarcasmo que su estómago se revuelve en una mezcla de frustración y furia, su cabeza da vueltas y sus piernas se mueven, corre cuando segundos antes se sentía amarrado, disparos y destellos y nuevamente la luz cegándolo, mostrándole la mesa metálica a tan solo unos centímetros por delante.

-No...dios no...

El terror lo invade por completo al ver el cuerpo de Shorter sobre la fría superficie, instrumentos médicos lo rodean junto con el charco de sangre que escurre hasta el suelo, los cabellos largos y morados revueltos entre pedazos de carne y la mirada perdida, ausente como si la vida aún siguiera esforzándose por no abandonar el cadáver.

-...sh....ash...

La desesperación no hace más que incrementar y se lleva las manos al pecho, el aire se niega a entrar a sus pulmones y el susurro clamando su nombre aumenta mareandolo, asustandolo aún más, no es posible que escuche su voz cuando lo tiene inmóvil justo en frente.

-Ash...oye...despierta amigo...¡Ash!

Sus ojos se abren de golpe y la saliva se le atora en la garganta haciéndolo toser con desespero, está seguro que algo lo sujeta pero solo intenta alejarse y enfocar algo entre las manchas que su somnoliento ser le permite ver.

-Woow, oye Ash, tranquilo...tranquilo viejo soy yo ¿Estás bien?

Por fin la imagen de su amigo aparece, entre la oscuridad del amanecer logra ver la figura dudosa de Shorter que aguarda a una distancia prudente pero sin descuidarlo, sus pasos torpes lo llevan a chocar de espaldas contra el muro, ve la cama destendida con las sábanas revueltas a medio caer del colchón, la luz de noche alumbra la mesilla junto a la puerta y un pequeño recipiente de plástico con un trozo de tela entremetido mece el agua que contiene seguramente impulsada por el movimiento de su estruendoso despertar.

-Ash...

Su cuello se tuerce descoordinado al escuchar el llamado y su peso cede resbalando lentamente hasta llegar al suelo, el mayor no tarda en ponerse a su lado sosteniendo sus mejillas en un intento de ayudarle a enfocar.

NightmareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora