Eloise -Chris- 2

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Capítulo 2

<> ¡Loisito!

-- ¡Su puta madre! Que susto me has dado...

<> Vas agarrar un resfriado con el frio que está haciendo... No es que me importe en realidad. pero mi madre me ha mandado...

-- ¿Qué haces aquí? -la interrumpo. Su vocecita de soy mejor que tú me irrita-

<> Calma bombón,  te aseguro que no estoy aquí por ti. Estoy con mi madre,  que le ha tocado servir en esta hacienda que es tu favorita. No dejas de ser su nenita irresponsable que hay que cuidar... 

-- ¿Dime Dios porqué carajos me castigas de ésta manera? -digo con verdadero pesar-

<> Tranquila, el sentimiento es mutuo.  Ni porqué pasen los años cambiara. Será que entras ya,  porqué estoy que me caigo del sueño... -se cruza de brazos- para hoy Eloise, que seguro andabas fornicando con cualquiera y resulta que yo tengo que estar perdiendo mis horas de sueño por ti

-- No empieces con tus estúpidos berrinches que no tengo culpa que tu madre se preocupe mas por mi que por ti -rei con malicia al ver como su rostro se tenso. Me encanta joderla con eso-

<> Púdrete imbécil, ojala te quedes pasmada del frío -da la vuelta para irse-

-- Aun así seguiré fornicando más que tú. -detiene su paso y voltea a verme con desdén- ya sabes no soy una enclosetada que tiene miedo de que su mami se entere que le gustan las vaginas

<> Yo por lo menos tengo una madre.  No me abandonaron al llegar al mundo. Te entiendo la falta de amor materno te hace una insensible de mierda -soltó molesta y volvió a retomar su camino dejándome con una rabia inmensa-

Se preguntarán quién esa mujer irritante. Rouse. Así se llama, la conozco desde que teníamos ambas ocho años, mi padre contrato a su madre para que se encargará de mi y de los quehaceres de nuestro hogar. Perla se convirtió en mi nana y realmente mi padre y yo la adoramos.

La primera vez que vi a Rouse le sonreí y su respuesta fue "sacarme la lengua y esconder su rostro en el regazo de su madre". Intente ser su amiga pero a la niña le encantaba ignorarme, no entendía que había hecho para merecer su desprecio.

Desde niña he sido traviesa lo que conllevaba que mas de una vez mi padre me retara o castigará y ella se aprovechaba de eso,  hacia cosas malas y me culpaba a mi, ni las lágrimas me salvaban de que me castigaran injustamente

Así que una tarde que ella estaba en el odontólogo con su madre aproveche y entre a su estúpida habitación toda rosa llena de ositos, agarre su favorito y le arranque la cabeza, como eso no me bastaba le puse una rana disecada en la cama.  Rei hasta dolerme el estomago al escuchar sus gritos le tiene fobia a las ranas, me tome mi tiempo para ir a su habitación haciéndome la inocente y mi sonrisa burlona se borró cuando vi sus ojitos rojos por el llanto mientras abrazaba desconsolada a su "peluchin" descabezado. El regaño que me lleve fue fenomenal, mi padre me castigo por un mes, nada de video juegos, salidas o diversión. Una tarde decidí volver entrar a su habitación y como pude acomode su osito el cual quedo con la cabeza de medio lado. Me fui con una sonrisa enorme a mi habitación me hacia ilusión que sonriera al verlo, pero mi sorpresa fue única al ver que llegó como un torbellino y me lanzó a peluchin al rostro. Bastaron 12 palabras para que desistiera de querer ser su amiga "No vas a quitarme a mi mamá solo porque no tienes una" eso a mi corta edad me dolió y desde ese momento nos declaramos la guerra.

Guerra que nos regaló muchos regaños y castigos, guerra que siguió al pasar de los años, pues a mi adorado padre le dio por inscribirla en el instituto de señoritas donde yo estudiaba, la directora y profesoras mas de una vez perdían la paciencia pues Rouse y yo nos hacíamos la vida imposible y arrastrábamos a todo aquel que se cruzara en nuestro camino.

A pesar de todo nos graduamos, recuerdo que con tan solo 16 años ya había empezado mis aventuras con algunas chicas. Rouse me vio besando a una en el instituto detrás de un árbol del inmenso jardín, no niego que me tense con su presencia pues yo aún no le había dicho a mi padre que me gustaban las niñas. Rouse partió corriendo. Al llegar a casa mis nervios estaban a flor de piel estaba segura que le había dicho a mi padre, pero no fue así, todo seguía normal.

Rouse no había comentado nada, me confié de su silencio y ese fue mi error pues el día de nuestra graduación ella con una sonrisa enorme había decidido darme un regalo ¡Si! Esa noche mientras estábamos en casa preparándonos para ir a la fiesta ella entró a mi habitación y me pidió de manera muy educada vale destacar, que fuera al salón principal que me tenia un regalo para hacer las pases.  ¡Le creí! Fui una estúpida ingenua. El regalo fue encontrarme a mi padre y a su madre con sus rostros sin expresión alguna "Feliz regalo de graduación Lois, ya no tienes que ocultar que te gustan las mujeres" la odie juro que en ese momento la odie. Odie ver su sonrisa de satisfacción, odie que la dejaran ir a la fiesta después de lo que hizo mientras yo en un mar de lágrimas me tuve que quedar para explicarle a mi padre lo que para mi no tenia explicación ¡Me gustaban las mujeres y no era una confusión!

No fue fácil para mi padre aceptarlo. De hecho le llevo mas de un año aceptar que su hija es homosexual. Aunque creo que no lo tolera del todo hasta el sol de hoy.

Desde aquella noche me trace una meta "Vengarme de Rouse" la comencé haciéndole la vida imposible en la universidad donde mas de una vez la dejaba en vergüenza por no ser de clase alta y logre que supieran que mi padre pagaba sus estudios, que su madre trabajaba para mi. Que en mi casa ella era una criada mas. No me sentía muy bien al hacerlo pero mi orgullo estaba herido y decidí no tener compasión.

Hasta ese día.  Aquella tarde de primavera, fue mi turno de ver a Rouse besándose con una mujer. Yo juraba que era hetero. No hice nada al principio, solo comencé a espiarla, al parecer la mujer era su novia y su tiempito tenían, las fotos y vídeos se convirtieron en mis aliados, meses después decidí no esperar mas y la enfrente. ¡Su cara fue épica! Prácticamente me suplico que no dijera nada, que aun no estaba preparada para que su madre lo supiera.

La estocada final de mi venganza fue letal "Ten sexo conmigo y no confieso nada" mis palabras fueron directas, no me Inmute ante su rostro lleno de incredulidad. Sabia que le aterraba la idea de que su madre se decepcionará de ella, no por el hecho de ser lesbiana sino porque ella sin sentimiento alguno me había quitado la oportunidad de ser yo quien le confesara a mi padre que soy homosexual.

¡Aceptó! Rouse aceptó y eso me descolocó un poco, pero no me retracté y ese recuerdo lo tengo aun presente. Fue una noche en esta misma hacienda que ambas tuvimos sexo, un muy placentero sexo. Quizás el odio que nos teníamos hizo que fuese mas excitante,  raro lo sé pero así fue. No fue letal acostarme con ella,  letal fue que hice que confesara a su novia que le había sido infiel conmigo, su peor enemiga.

Después que su novia la abofeteó delante de todos en la uní y le gritó en la cara que habían terminado. Su mirada triste y cargada de lágrimas a punto de salir no me generaron ningún tipo de remordimiento o sentimiento alguno hacia ella. Mi venganza había funcionado.

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