Eloise Capítulo 23

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Eloise -Chris- 23.

Eloise

Después del gran fin de semana que pasamos, todo volvió a la normalidad, como cosa rara Rouse y yo no perdimos tiempo en hacernos rabiar para estar juntas. Llegué a la conclusión de que nada gano con ignorarla cuando mi cuerpo aclama el suyo. Todo está en orden como debe ser.

Rouse en estos momentos se encuentra fuera del país, nuevamente será por un mes; si es que no se extiende a más, a veces odio que tenga semejante responsabilidad, no es que la vaya a extrañar, solo a su cuerpo. Cabe destacar que nos "despedimos por todo lo alto, luego de discutir porque la agarre infraganti cobijando mi cuerpo mientras dormía en el balcón de mi habitación., lo cierto es que me.encontraba despierta con los ojos cerrados. Su aroma me sorprendió y aceleró un poco mi corazón  ¡Juraba que de eso se encargaba su madre! La sorprendí al abrir mis ojos, su rostro levemente se sonrojo pero aún así intento hacerse la indiferente cuando en palabras le dije:

-- "Rouse que hagas esto es cursi, es como si te importará y tengo entendido que lo único que nos une es el sexo ¿no?" Además crei que esto lo hacía mi nana ¡Ay Rouse cuidado y estas sintiendo cositas lindas por mi" -su respuesta fue:

<> "Sueña idiota. Yo solo le estoy haciendo el favor a mi madre que no quiere que su niñita se le enferme"

-- No te creo rojita -le dije quedando frente a ella-

<> Ese es tu asunto, me da igual si me crees o no

--Ay sirenita cuidado y te estás enamorando de mi -le Sonreí en burla-

<> Enamorada de ti? -rió con soberbia- es imposible enamorarse de alguien que sólo tiene un corazón para que le de vida. Tú no estas diseñada para que se enamoren de ti Loisito solo para un buen sexo y ya  -auch ¡No importa Eloise!-

-- Como debe ser, no me enamoró ni espero ese sentimiento por parte de otra persona hacia mi. Menos si eres tú, solo me sirves para una buena dosis de sexo -estábamos cara a cara diciéndonos las cosas, retandonos con la mirada-

<> Pues hagamos alusión a nuestras palabras ¡es solo sexo! idiota -sonreí de medio lado y sin perder tiempo nos besamos desencadenando así una guerra de placer donde nos demostrábamos que sólo eso nos une.

Un par de horas después antes de que saliera de mi habitación le dije que el sexo no era lo único que nos une, capte su atención, "Aurora de un modo u otro nos une rojita" con eso logre que se formará una sonrisa verdadera en sus labios y con esa imagen decidí  quedarme hasta que regrese de su tonto viaje.

Los días siguientes decidí pasarlos en el apartamento de Amy donde aprovechamos de escaparnos de la realidad, ella para no pensar tanto en Grace, y yo; pues yo para no pensar, ni extrañar el cuerpo de Rouse. Aunque podía estar segura que Amy ya había caído en el encanto de la chef, le gusta de eso no hay duda así que aprovecharé cada oportunidad que tenga de estar con ella antes de que se termine enamorando de Grace.

- Lo más probable es que tenga un tonto virus estomacal. Ya dejen de retarme. Pronto se me pasara -Dice Amy como niña regañada-

* Mami debes cuidarte y tomar medicamentos. Así como me obligas hacerlo cuando me da resfriado. -dice Aurora con autoridad haciéndome reír levemente-

-- No es tan bonito cuando te toca hacerlo ¿verdad? -Le digo en burla. Amy odia todo tipo de medicamentos-

- No es gracioso Eloise. -dice un poco molesta-

-- Deja de comportarte como una niña miedosa y toma el medicamento que te compramos. -le digo tajante-

* Si mami. Te ayudará a que tu dolor de estómago se te quite. Por favor solo es una cucharada. -Aurora uso su mejor vocecita para convencerla-

- De acuerdo mi amor. Lo haré. -Aurora dibujo una gran sonrisa

* Genial. Iré por el medicamento y un vaso de agua. Porque seguro sabe horrible mami -reí al ver la cara de Amy-

-- Aurora mi amor la idea es que eso no lo sepa hasta que lo pruebe...

* Lois. Deja de reírte. -así lo hice- ya vengo mami. No dejes que se escape -me señala con su dedito índice. Solo atinó a asentir mientras la veo irse en busca del medicamento-

- Mi hija si que te tiene en sus manos -dice Amy divertida-

-- Es imposible no ser dominada por Aurora. Tiene el don de lograr que hagamos lo que dice. 

- Tiene la ventaja de ser la dueña de nuestros corazones -Sonrió asintiendo-

-- Amy. Si el malestar sigue a pesar del medicamento. Prométeme que irás a hacerte un chequeo -le digo con cierta angustia, me preocupa que no tolere mucho la comida y realmente veo que sigue perdiendo peso-

- Lois, sabes muy bien que no me gustan los hospitales...

-- No es necesario que vayas a un hospital. Puedes verte en un consultorio privado. Con un especialista y...

- Estaré bien -acaricia mi rostro- deja de preocuparte por favor. Tendrás dama de compañía para rato -sonrió ante eso-

--- Bueno ya sabes. Debo hacerme la preocupada, mira que si te me enfermas no me rindes mucho al momento del placer -sonríe ante mis palabras, aunque intento bromear solo para quitarme la angustia que se instaló en mi pecho-

- Estaré bien Eloise -me habla con ternura- aunque odio todo lo que tenga relación a médicos, te aseguro que si el malestar no se me pasa iré para hacerme un chequeo -Sonriendo asiento ante sus palabras-

* Aquí está mami -Aurora regreso con el medicamento y un vaso de agua-

- Ay dios. En serio tiene que saber muy feo para que hayas traído el agua -Aurora ríe ante el pequeño drama de su madre-

Ambas reímos al ver el rostro de Amy cuando ingirió  el medicamento. Si tenía que saber muy feo, porque se tomó el vaso de agua completo.

Después de ese momento, el medicamento logró aliviarle el malestar estomacal... con el pasar de los días Amy se veía un poco mejor. Nos convencimos de que todo estaba bien. Aurora asistía al colegio. Amy se encargaba de todo lo relacionado con el restaurante, yo las visitaba y otras veces me quedaba en la hacienda

Tres semanas después sentía a Amy débil a pesar de que me decía estar bien, así que logre convencerla de ir a un especialista solo para descartar cualquier cosa. Renuente acepto. Digamos que tuve que usar un poco la manipulación, dígase a Aurora. Aunque No me permitió ir con ella me prometió que me mantendría informada.

Al caer la noche recibí su llamada donde me dijo que estaba bien, le pregunté si estaba segura debido a que su voz no sonaba así, siguió firme en su respuesta. A pesar de que la angustia alojada en mi pecho no cesa nada puedo hacer, solo me toca creer en su palabra.

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