𝑙𝑢𝑙𝑙𝑎𝑏𝑖𝑒𝑠 ; 𝖽𝗈𝗐𝗈𝗈

"fall"

kim jungwoo no podía recordar correctamente el momento preciso en que comenzó a desarrollar sentimientos por dongyoung.

probablemente fue la primera vez que le escuchó cantar. lo había hecho en un momento de distracción, una mañana mientras trataba de resolver un crucigrama, mientras él se encargaba de preparar el desayuno. jungwoo quedó absolutamente fascinado por la hermosa y dulce melodía que salía de los labios de su hyung. dongyoung salió de aquel trance en el que estaba, en el momento en que vio a jungwoo sonreír ampliamente, se sonrojó porque no acostumbraba cantar en público —si una sola persona en una cocina podía considerarse un público— se disculpó al instante, y el corazón de jungwoo cayó.

o probablemente fue cuando jungwoo decidió por fin decirle a sus padres acerca de su sexualidad, dongyoung lo sostuvo hasta el último momento, su apoyo fue realmente indispensable, jungwoo cree que jamás podría haberlo hecho sin él.

en aquel momento, le pareció irrelevante saber en qué momento comenzó a caer por el pelinegro. lo único que sabía es que bajaba en picada en un hueco sin fondo, de cual no sabía si podría salir alguna vez.

dongyoung no le había llamado, y jungwoo no sabía si debía hacerlo.

la vida de jungwoo se había hecho extrañamente aburrida sin la presencia del pelinegro, y se sentía realmente patético. trató de buscar maneras para distraerse de la soledad de su apartamento, las horas largas en las que se encontraba ahí -al menos le servía de consuelo que sus horas de trabajo como barista en la cafetería de la esquina le servían para no pensar en dongyoung-. sin embargo, los días como ese, o mejor dicho los fines de semana, no sabía lo que podía hacer con su existencia.

tomó su teléfono -por milésima vez- y si esperaba tener una notificación con al menos un mensaje del mayor, no lo pueden culpar. se dispuso a descargar un juego para entretenerse, terminó resolviendo palabras cruzadas.

encontró negro, pero solo pudo pensar en lo oscuro de sus ojos, en lo simple y atrayente de estos, que cuando los miraba fijo, le hacía anhelar que la noche de sus ojos siempre le acompañara. también encontró calma, y eso era únicamente lo que sentía cuando escuchaba la voz de dongyoung cantándole al oído antes de dormir. encontró sensaciones, y como es de esperar, solo pudo pensar en lo que dongyoung le hacía sentir. podía hacerle tocar el cielo con la punta de sus dedos sin siquiera intentarlo, como también podía mantenerle con los pies fijos en la tierra, todo al mismo tiempo. podía hacerle sentir como una colegiala enamorada, y como el hombre más feliz del mundo a la misma vez. le hacía caer una y otra vez por él, y dongyoung siquiera sabía el poder que tenía sobre él.

—estoy jodido. —susurró desinstalando aquel juego al instante.

estaba cayendo más y más por la persona incorrecta, y lo peor es que sabía que lo volvería a hacer, una y otra vez.