𝑙𝑢𝑙𝑙𝑎𝑏𝑖𝑒𝑠 ; 𝖽𝗈𝗐𝗈𝗈

"universe pt. 2"

podrían creer que los días de dongyoung estuvieron llenos de luz y alegría, la que usualmente las parejas tienen cuando conviven juntos, de hecho, tuvieron la etapa de luna de miel, pero esta solo duró un par de semanas antes de que todo se volviera monótono e insoportablemente vacío. le costó mucho tiempo saber que algo faltaba en sus días, algo no estaba bien en su vida.

él había estado mucho tiempo con la creencia de que sooyoung era lo único que quería y necesitaba en el mundo, pero cuando se vio a sí mismo peleando a gritos con esta, por la mínima cosa, se dio cuenta que la luz de su vida ya no estaba, su camino se había vuelto oscuro, el faro que lo guiaba a la tierra con su sonrisa no se encontraba con él.

le costó mucho, probablemente fue cuando una noche en el bar del centro, cuando su cuerpo se encontraba desbordado en whisky, se encontró a sí mismo desahogandose con el bartender. le confesó que estaba enamorado de su mejor amigo, y que creía que lo había perdido, lloró y probablemente vómito sobre la barra.

sin embargo, no podía hacer nada por eso, hacía meses que se había alejado de jungwoo, y podría apostar que lo último que quería el chico era verlo a él. porque doyoung sabía perfectamente sobre los sentimientos de su mejor amigo, pero estaba lo suficientemente ciego como para no darse cuenta, que las sonrisas de jungwoo era lo que necesitaba en el mundo.

su voz aguda y dulce, sus suaves cabellos sedosos, su manía por hacerle cantar por las noches hasta dormir, las caricias, los abrazos, los conciertos por la mañana mientras preparaban el desayuno, todo eso hacía que sus días brillaran.

pero no sabía si volvería a salir de la obscuridad que se había apoderado de au vida.

suspiró, dándole un sorbo a su espresso macchiato tibio por el tiempo que había estado sentado en una banca frente al lago, en uno de los muchos días en los que solamente se sentaba ahí, a pensar en lo que su vida era cuando jungwoo formaba parte de esta.

estuvo solo, hasta que sintió un peso caer a su lado, no le hizo falta verlo, con solo oler el aroma a vainilla y coco, sabía que solamente podría tratarse de alguien.

—sabía que te encontraría aquí.

susurró con su voz, su tono dos escalas más bajo de lo normal.

—¿cómo has estado, doyoung?

preguntó, y doyoung estuvo a dos segundos de responder que estaba dentro de un hoyo negro sin él, se contuvo a solo mirarlo con ojos vacíos.

—no me hablarás... okay. —el pelinaranja deslizó sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo, viendo las hojas marrón del árbol plantado unos metros atrás de ellos, caer por el otoño. —no sabía que seguías viniendo aquí, el lugar donde nos conocimos hace un par de años. fue exactamente ahí.

señaló el jardín de girasoles a unos metros del lago, dongyoung los recordaba perfectamente, ver a un pequeño castaño hablar con las flores mientras podaba las malezas, le había parecido algo realmente tierno, y no dudó en acercarse a admirar de cerca. jungwoo le habló el día entero sobre las flores, y su oculta pasión por ellas, y cómo se había ofrecido a cuidar las plantas del parque local, sin recibir un solo pago.

—desde ese día supe que te meterías en mi piel, kim jungwoo, pero nunca quise aceptarlo.

abrió su boca por primera vez en todo el tiempo, su voz lenta y ronca, provocando un terremoto de emociones en el pequeño cuerpo de jungwoo.

doyoung, para jungwoo, jamás había sido una persona predecible, podía decir que conocía cada cosa o movimiento que éste hacía como su fuera propio, sin embargo, las palabras siguientes que salieron de su boca, jamás en su vida las hubiera esperado.

—te amo, kim jungwoo.

falta un capítulo antes de que esto termine, y algo así como el epílogo, trataré de actualizar pronto.

—louchell