Gorda

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Esto no es otra historia más de una gorda con depresión y estereotipos errados. No. No es así.

Desde que tengo memoria siempre he tenido un sobrepeso notorio. Y uno de niño podría creer qué ser gordo no te hace diferente, que solo es una condición y solo cuenta realmente la personalidad y tú felicidad.

PERO NO.

Desde pequeña miradas llenas de asco y repulsión se dirigían hacia la gran mochila de grasa que cargaba frente. Podía sentir como esas miradas ardían y perforaban mi piel hasta que no aguantaba más y decidía irme a otro lugar solo para que ocurriera lo mismo.

Una y otra vez.

Yo no entendía porque el simple hechos de tener unos cachetes regordetes, unos brazos como flotadores de natación hacían que de un momento para otro nadie quisiera estar contigo. Porque nadie quiere sumergirse en la bola de grasa de 3er año básico.

El nerviosismo y la ansiedad parecen fieles compañeras de vida que causan que las uñas en mis manos desaparezcan.

Una y otra vez.

Y la depresión viene a hacer su primera gran aparición con un estreno próximo y espectacular que derrumbaría toda esperanza de salir del sobrepeso. Y todas las entradas al show son compradas para mí, sentandome en primera fila, quedando hipnotizada con movimientos rápidos y tan envolventes que no me doy cuenta de que no hay nadie más conmigo. ¿Y sabes porque no terminará nunca el espectáculo?.

AQUI NO HAY SALIDA.

Solo palomitas grasosas que engordan, malteadas de profundo sufrimiento, pollo frito en un gran balde de lágrimas que deliciosamente intentan apaciguar el fuego que poco a poco consume cada uno de tus órganos, tapando las arterias de colesterol y causando una muerte.

LO PEOR ES QUÉ NO PUEDES DEJAR DE COMERLO.

En un momento piensas "Bien, solo comeré esta porción y no más". Y al otro vez las grandes ollas vacías con cucharas gigantes sucias, usadas por tu boca y tú ropa manchada de restos de toda esa comida, tú estómago hinchado y aún más grande que antes.

NUNCA SABES CUANDO PARAR PORQUE NO LO RECUERDAS.

Y si. Nadie entra a la carpa del show porque no quieren ver a la depresión, la gran maga, con su ayudante, la bestia come-todo.

Cuando vas al comedor de tu colegio a comprar la porquería que tragaras hoy ves como la cocinera te mira con asco, pensando "Ojalá no se acabe las barras de galleta".

Tus compañeros pensando "¿Comerá todo eso?. ¿A caso no sabe que puede morir por eso?".

YO LO SÉ.

SE A QUE ME ENFRENTO. Y SE QUE MORIRÉ.

PERO NO PUEDO DETENERME.

...

Esto no es otra historia más de una gorda con depresión y estereotipos errados. No. No es así.

Porqué es mi historia.

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