«Porque como dicen, la basura no se recicla»
-Rusa.-¿Vas a matarme? -preguntó riendo con sarcasmo -adelante hazlo, ¿pero con eso crees que solucionarás el embrollo de estar casada?
No, la respuesta es no, no saldré impune, no obtendré de nuevo mi libertad, a mis veinticinco años estaré atada a un idiota inservible y desconocido.
Si lo mato, me deshacer de este idiota, pero Leandro se enojara -cosa que no me importa- y me buscará otro "marido", posiblemente más idiota e imbécil que al que le estoy apuntado con mi arma.
-No, pero si solucionaré el de estar atada a un completo imbécil -digo convencida de mis palabras, o esto trato de hacer, convencerme.
Por primera vez en mucho tiempo, alguien aparte de los hermanos Olivieri me hizo dudar de mi decisión, eso me cabreaba bastante.
-Pues adelante, matame -me retó, como si creyera estúpidamente que no lo haría, como si no aceptaría ese reto.
El silencio de la habitaciones fue interrumpida por el característico sonido de un arma siendo disparada.
-Deberías hablar menos y actuar más ¿no crees? -comentó divertido -si no vas a usar la pistola bájala.
-Puedo matarte de mil y un formas ahora mismo, así que te recomiendo que dejes de hablar pura mierda -hable con los dientes apretados, bajando el arma.
-Yo puedo tener mis aventuras, no veo en que eso te afecta. O ¿Acaso te enamoraste de mí? -preguntó riendo, divertido por esa estupida suposición.
¿A donde fue él chico temeroso con los hombros caídos? Porque enfrente de mi ya no esta, ahora solo veo a un hombre con una mirada feroz retandome, ese cambio drástico me sorprendió, es como ver a una persona totalmente diferente al frente de mi.
-Regla número uno -dije con voz firme -la pareja de una mafiosa, en tal caso de una sicaria es intocable. Es como el honor -mire a Rey fríamente -¡Y yo perdí mi maldito honor por tu jodida culpa! Se sabe muy bien que tal traición se paga con la muerte.
Baje del escritorio y camino hacia él, apunto el arma bajo su mentón.
-Así que deja de hablar tanto y agradece que no te disparara -Le dije con los dientes apretados.
En un rápido movimiento de su parte me quita mi arma y me aplica una llave.
-No me subestimes mi cielo -dijo esas ultimas palabras con sarcasmo -si piensas que te pediré perdón pues piensas mal, lo disfrute jodidamente -susurro en mi odio.
Si antes estaba cabreada pues ahora estoy peor.
Con la punta del tacón piso con fuerza su pie, este grita de dolor aflojado su agarre hacia mí.
Me suelto por completo y le proporción dos puñetazos, uno en la nariz otro en el abdomen haciendo que caiga de rodillas muestras masculla maldiciones y gime de dolor.
-No te mataré, no porque me enamoré ni mucho menos eres una pieza importante en este juego, te dejo vivir porque Diablo puede buscar a mi próximo marido más imbécil de lo que tú eres. No me arriesgaré. Cuando tenga la solución de como pueda salir de todo esto me desharé de ti, porque como dicen... -camino lejos de él con dirección a la salida de la oficina -la basura no se recicla.
-Basura o no, en estos momentos soy esencial para ti -me detengo a medio camino al escuchar las palabras de Rey -no me puedes matar, acéptalo de una puta vez -lo miro sobre mi hombro.
-¡Ja! ¿de verdad crees eso? Bajate de esa nuve de fanatasia y pisa la realidad, cuando menos lo esperes, ya tendras una bala entre las cejas -me volteo quedado cara a cara, le di una sonrisa maquiavélica -y si vuelves hacer otras de esas jugarretas no dudes ni por un maldito segundo que no te matare. Date un baño que apestas a fluidos vaginales, tal vez así se te quite lo puto -doy media vuelta -te quiero listo a primera hora mañana, regresamos a Italia -con eso me voy de ahí dejándolo solo
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La Rusa
Mystery / ThrillerElla mantenía su nombre oculto, su apariencia la ocultaba con un cubre boca color negro a sus enemigos. En ese mundo donde la obligaron a estar, todos quieren saber cómo se ve y cómo se llama la sicaria de Italia. Ni con todo el esfuerzo que ponían...