Encuentro Femenino
Es completamente natural que un Rey busque a su Reina.
Tougo observó su carta recién escrita de dimisión, haría varias copias esa misma noche para enviarlas a cada miembro de la junta directiva tan pronto como las tuviese listas.
Su demasiado leal secretaria Christa le había recordado que tenía que pensar en jubilarse más tarde, que aún le quedaba tiempo, pero Tougo sabía que debía dar paso a un hombre mucho más joven. Era irónico, casi rayaba lo ridículo, cuando pensaba quien sería ese hombre más joven.
Quizás sus amistades desaparecerían poco a poco junto con sus poderosas influencias, no tendría que perderlas si tan sólo fuese un jubilado, todas las invitaciones desaparecerían de la noche a la mañana, pero por lo menos aún conservaba su vasta fortuna.
La noche anterior, le había comentado a su esposa Beatrix durante la cena que tenía pensado dimitir de su cargo. Ella no dijo nada hasta que hubo acabado de ingerir su plato, había dejado sobre la mesa el cuchillo y el tenedor, y había doblado elegantemente la servilleta.
-Es una magnífica noticia -dijo, con ese frío tono tan distante que empleaba con él siempre-. Ahora ya no será necesario continuar con este infeliz matrimonio. Esperaré un tiempo prudente, por supuesto, antes de solicitar el divorcio, no quisiera escándalos -se había levantado de la mesa y abandonado el comedor sin pronunciar ni una palabra más, dejándolo anonadado.
Hasta entonces, no había tenido ni idea de los sentimientos de Beatrix, ella era muy reservada. Asumió como todo un hombre que ella conocía la existencia de otras mujeres en su vida (entre ellas Christa), aunque ninguna de sus relaciones había sido muy sera. Pensaba que ella lo había aceptado y por consiguiente estaban en medio de un entendimiento mutuo. Como ocurría con muchos matrimonios modernos o abiertos. Nunca se esperó tal golpe.
Desenroscó el capuchón de su pluma y firmó las cartas. Cuando al fin entregó las cartas a su secretaria, sonrió a Christa, la mejor secretaria que había tenido nunca.
-Hasta pronto, Christa -dijo, y le dio un breve beso.
-Adios, Tougo -contestó la mujer y se mordió el labio, despidiéndose con los ojos más tristes que nunca. Ella fue una parte importante de su vida, tenían un hijo en común, pero los dos sabían que nunca sería bueno, ni sano, mantener una relación, ella dependía de él y le exigía cosas fuertes, eran tóxicos. Acabarían locos de no haberse separado.
Tougo miró el ejemplar de Times que había leído esa mañana. Al día siguiente él sería el artículo principal de la sección de negocios. Paseó la vista por el despacho presidencial por última vez antes de abandonarlo definitivamente.
Un par de meses más tarde.
El director de pasarela la interrumpió desesperado y con los lentes trémulos, apretados con fuerza en la izquierda, exclamó varias veces, en ese tono trágico en que se lamentan las tragedias más irremediables:-¡Suficiente, señorita Archer, está haciendo un disparate, debe ser una reina, recuerde que tiene encima un trapo que vale más de veintemil! -Evangeline suspiró aliviada, por lo menos no era a ella a quien reñía el director -¡Esto va para todas! Caminen con dignidad, son modelos de alta costura, no niñitas de primaria que juegan al Miss universo. Empiecen de nuevo -él era un hombre muy conocido por su pésimo carácter.
-¿A que es irritante? -Kou pasó su brazo sobre sus hombros con la coquetería que lo caracteriza.
-Un poco, pero por eso es uno de los mejores. Volvamos atrás Kou -se deshizo del brazo de su compañero de pasarela, y futuro cuñado, para ir presurosa a la parte trasera de ese escenario blanco en forma de T.
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The Second [Reiji Sakamaki]
FanfictionLa decepción es uno de los más desagradables sentimientos que habitan dentro del hombre. Es mucho mejor no tener sentimientos. Ella estaba tan decepcionada como él, su cuerpo indiferente recostado del balcón sólo le afirmaba la teoría de que... uno...