Ignorados
Reiji llevaba un tiempo residiendo en un fastuoso departamento en una de las zonas más lujosas de Londres. Sus intereses personales llevaban mucho tiempo sin ser tocados y, justo esa mañana en especial, sintió la imperiosa necesidad de practicar alguno de sus placeres con el fin de utilizar aún más su mente e informarse de una manera más completa que el periódico o los rumores que le llegaban de la calle. Sentía que había abandonado por completo aquello que alguna vez le agradó, ya que su continúa adicción al trabajo lo mantenían lejos del mundo... incluso de si mismo.
Salió de su, muy impecable, habitación llegando hasta el cuarto donde mantenía encerrados todos aquellos instrumentos que tanto amaba. Cogió una probeta observando como se le había acumulado el polvo sobre su superficie, esa capa fina y blancuzca era imposible de disimular. Se reprendió mentalmente por tal descuido-. Mis preciados niños no deben estar mejor -masculló.
Para bien o para mal, esa mañana libre con amenazas de lluvia, salió sólo por salir. La primera parte de su paseo improvisado transcurrió en medio de un ánimo tan melancólico que no pudo menos que resultarle aburrido y desagradable. Concluyó que necesitaba una urgente diversión, pero con sus propósitos de matrimonio con Yui lo mantenían atado y quien sabe si podría practicar con ella.
Aparcó en una zona casi desprovista de gente, no había mucha concurrencia en esos lugares así que poniendo su rostro más frío salió y entró en un establecimiento de fachada blanca, muy elegante por fuera.
-Señora Minerva, seguramente está usted cansada de la rutina -dijo un hombre castaño de ojos verdes-. Déjenos recomendarle algunos nuevos productos para su diversión. Hay perfectamente variedades de donde escoger, se lo puedo asegurar. Nfu~
-Oh Light, siempre eres tan dulce conmigo. Me avergüenza muchísimo elegir todo esto, pero tu siempre me sacas de apuros -"Light" inclinó su torso para depositar un beso en la mano de la señora. Reiji observaba todo con un poco de molestia, él nunca cambiaría sus mañas aunque tuviese novia.
-Si todas las mujeres fuesen como usted el mundo sería perfecto -halagó zalamero-. Pase por aquí, le atenderán con gusto.
-Tus dotes como caballero no han sido eclipsadas, como me temía hubiese ocurrido -dijo Reiji ojeando un poco las discretas vitrinas.
-Eso nunca va a pasar nfu~ es lo que lleva comida a mi mesa, Reiji.
-No lo dudo, Laito -contestó con voz grave-. Quisiera agregar nuevo material a mi repertorio, mucho me temo que no hay cosas nuevas que probar últimamente.
-Oh~ ¿así que tienes alguna candidata en mente?¿por fin te decidiste? Nunca has tenido una pequeña perra para ti solo, siempre han sido... fugaces, nfu~ -Laito estaba divertido, situación que no es sorpresa, cualquier cosa que alimentase su perversión era bienvenida par él.
-Si, hay una, pero quisiera demorar un poco la entrega hasta haberla entrenado como corresponde.
-Creí que no te gustaban inexpertas.
-Así es, pero ella no conoce nada del tema, se vería abrumada.
-Que considerado -se burló-. ¿una virgen?
-Eso espero -sonrió de lado, sádico, perverso, completamente malicioso-. Haré una orden especial.
Meses más tarde la oportunidad de hacer su propuesta se presentó como un oasis en medio del desierto a un caminante sediento. Su reputación le precedía, un partido excelente, decía, alabandose a si mismo. Reiji Sakamaki era un muy competente presidente ejecutivo. Gozaba de una elevada reputación social, pero nunca le llamó la atención las galas del matrimonio. Hasta entonces.
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The Second [Reiji Sakamaki]
FanfictionLa decepción es uno de los más desagradables sentimientos que habitan dentro del hombre. Es mucho mejor no tener sentimientos. Ella estaba tan decepcionada como él, su cuerpo indiferente recostado del balcón sólo le afirmaba la teoría de que... uno...