Capítulo lV

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El baile acabó. No sabía Evangeline cuáles era de verdad sus propias expectativas al respecto, aunque se esforzó en no parecer molesta al ser ignorada por su novio. Disimuló delante de todos, habló con Reiji una segunda vez, luego intercambió dos palabras con Yui, pero seguía sin bailar con Ruki.

Penosa era la tarea que debía cumplir Evangeline. Iba a tener que destruir la burbuja de felicidad donde estaba metido Ruki, burbuja que la excluia a ella. Lejos estaba de querer detenerse demasiado en analizar las acciones de su novio esos últimos días, pero él estaba realmente extraño.

—Ruki, cielo —se acercó sonriendo abrazandolo por la espalda, halandolo un poco —¿Por qué no me has sacado a bailar aún? —Ruki miró a su espalda, luego a la gente frente a él. Se volteó y la apartó.

—Evangeline, acompáñame al balcón un segundo —sugirió Ruki con una indescifrable expresión que, sin saber realmente la razón, quiso golpear con todas sus fuerzas, como una especie de impulso violento. Eva asintió y le siguió, en silencio pero preocupada. Se notó temblar cuando sus manos se unen, y sus enormes ojos color chocolate se clavan como preciosas aristas de poliedros de amor en su mente, en su corazón, en su recuerdo. Ruki apartó la vista hacia el exterior de inmediato, apoyándose de la baranda —. Tenemos que hablar seriamente de algo.

Evangeline sintió un enorme escalofríos subirle por la columna. "Tenemos que hablar" sólo eso necesitó —. Sí, claro, por supuesto, ¿qué quieres decirme?

—No hay una forma sana o poco hiriente de contarlo —dijo.

Y así, fastidiada de ese pensamiento, abrevió toda la plabrarería que quizá Ruki quería soltarle y abundante la cena de antes; la cual una vez acabada hizo a Eva sentirse fuera de lugar y, despedida de las atenciones del posible ex-novio y Reiji, se cruzó de brazos y miró con total compresión al hombre frente a ella —¿Quieres romper nuestro compromiso? —cuestionó.

—Sí.

—¿Por qué? Dime una razón

—Necesito espacio, me he sentido muy indeciso estos días, quizá no estoy preparado para un paso tan importante —Ella, que vio a su ex-prometido a su lado y oyó semejantes razones, estaba confusa mirándole, sin saber qué hacer ni decirle, y porfiaba con él que le diese verdaderas razones, argumentadas, y jamás quiso, hasta que le dijo que le otorgaba lo que él pedía, diciendole:

—Ruki, no soy una carcelera, ni mucho menos una desesperada que desea atrapar a un hombre a toda costa, se estar sola —contestó —pero esto... esto no tiene ni pies ni cabeza, ¡¿si estabas tan "indeciso" por qué demonios me propusiste matrimonio?! Bueno, debí hacerme una idea cuando me lo pediste sin anillo y cancelaste una y otra vez nuestras citas luego de eso —se llevó una mano a la cara y se la sobó un poco —. No te preocupes, no voy a decir nada, puedes irte —sonrió levemente —tu tendrás un tiempo y el compromiso está roto, no te preocupes que no haré un berrinche, me iré tan pronto como pueda.

Ruki calló mirándola a hurtadillas para no parecerle impertinente en ese momento, sobrecogido por el angustioso temor de que llegaran a verles. La conversación la había hecho palidecer más de lo normal y le había entristecido más la mirada —. Vete Ruki, tenerte aquí me hace daño. Traerme aquí para decirme esto, ¿no podías esperar a que yo estuviese en casa?¿no podía ser otro día?¿qué diferencia hubiera?

—Estar aquí me tranquiliza, quedarme en la fiesta después de decírtelo habría sido un consuelo para mi.

—Para ti, no para mi —refutó. —Si es así como piensas —comenzó Eva—, si la perdida de lo que amas se olvida tan fácilmente con otra cosa, una fiesta, una mujer —hizo referencia a Yui de un modo indirecto. La chica le caía bien, Ruki ya no —, entonces tu aplomo y tu autodominio, son quizá realmente débiles como para no soportarlo solo. ¿Por qué tu si puedes tener consuelo y yo no?

The Second [Reiji Sakamaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora