Los lazos que unen a otro a nuestro ser existen sólo en nuestra mente.
Sabrán que Virgilio escribió "Amor vincit omnia", "el amor todo lo vence".
Los improbables sucesos ocurridos recientemente me hicieron pensar que nada es una sola cosa. Las personas dan a lo familiar un nuevo significado en eterna evolución, y de ese modo nos libran de lo previsto, de lo conocido y nos regalan lo impredecible. En ese ámbito inexplorado, encontramos nuevas posibilidades.
Hallamos esperanza en lo desconocido.
Vivimos en un mundo que desconfía de los sentimientos. Una y otra vez,se nos recuerda que valen menos que la razón, que los sentimientos son infantiles, irresponsables y peligrosos. Se nos enseña a ignorarlos, controlarlos o negarlos. No entendemos que son, de donde vienen ni por que parecen conocernos mejor que nosotros mismos. Pero yo sé que los sentimientos valen. A veces son pequeños... y a veces son enormes... pero si tienes suerte... mucha suerte... llega un sentimiento que lo cambia todo.
Temo a las cosas que aparentan permanente porque nada es permanente.
Mi vida, sobre todo estos dos últimos años, demuestra que las cosas cambian. La gente cambia.