¿Siempre serás mío?

20. Una confesión

Tae pegó sus labios a los del pelinegro una vez más. Sus manos subieron por su espalda y se detuvo en el cuello, entrelazando los dedos en aquella posición. Se apartó un poco, sintiendo la esencia de Jimin, su cuerpo pegado al suyo, sus manos rodeando su cintura, sus alientos mezclándose en el aire y sus ojos mirándolo fijamente bajo una cortina de espesas pestañas negras.

- Podría hacer esto todo el día - susurró Tae contra su boca, sintiéndose relajado, por fin en paz

- ¿Crees que yo no? - sonrió picaramente

Tae apretó más sus brazos alrededor de su nuca, pegando su frente con la de él

- Deberíamos comprobarlo - dijo y volvió a besarlo. Dios, era algo tan mágico. Tae no comprendía cómo había soportado tanto tiempo sin sentir aquel golpe de emoción en su corazón, aquella descarga de energía eléctrica que recorría su cuerpo cada vez que besaba al pelinegro. No iba a desperdiciar ni un segundo más.

Jimin se medio apartó, sonriendo y lamiendo sus labios, la verdad era que no quería dejar de besarlo, pero no había ido ahí para eso, tenía que decirle todo.

- Ahora es mi turno - dijo

- ¿De qué? - preguntó Tae, ensimismado en el movimiento de su boca, en el calor de sus palmas bien sujetas en su cintura.

- De hablar - respondió, separándose de él, pero aún mirándolo a los ojos - hay una razón por la que estuve en ese hospital y creo que necesitas una explicación - admitió

- Estuve preocupado al no recibir ni una sola noticia tuya - admitió, acercándose un poco - pero no me debes ninguna explicación Jimin, es decisión tuya - afirmó

- No importa si piensas que te la debo o no, quiero decirtelo. De verdad quiero hacerlo - lo miró fijamente con una media sonrisa en los labios - Yo...lo siento - se llevó las manos a la cabeza - es solo que tenía demasiado en qué pensar

- ¿Y? ¿Pudiste pensar? - preguntó Tae

- Tengo algo muy importante que decirte - dijo finalmente - y quiero que me escuches pero sobre todo que entiendas que esto no es fácil para mi, nunca se lo he dicho a nadie excepto a Seung Woo y...

- Lo entiendo - aseveró, tomándolo de la mano, sabiendo lo que iba a decir incluso antes de que hablara.

Jimin acarició sus nudillos

- Tengo una hermana - empezó - es tres años mayor que yo - suspiró en busca de palabras y Tae le apretó la mano con fuerza - hace 4 años fue diagnosticada con Mielofibrosis, es un tipo de cáncer muy raro en la sangre, yo pensé que se curaría, que mejoraría y todo saldría bien pero yo...era solo un niño y no comprendía la gravedad de su enfermedad. No fue hasta hace un año que su Oncólogo nos dijo que tal vez moriría - bajo su mirada - el tiempo ha pasado...sus recaídas son cada vez más frecuentes y su condición está empeorando. Sus doctores hacen todo lo posible y mi padre también. Sé que él es optimista, pero en el fondo sabe tan bien como yo que no queda mucho tiempo. Que llegara un día en que Kim no vuelva a abrir los ojos y...eso me asusta más que nada en el mundo - confesó

Tae se le quedó viendo un momento, asimilando y luego decidió hablar

- ¿Cómo es ella? - preguntó, recordando aquel momento en el que Jimin lo había ayudado muchísimo haciendo que hablara de su madre

A Jimin se le iluminaron un poco los ojos y una sonrisa cubrió sus labios

- Es la chica más increíble que jamás conocerás - comenzó - siempre está sonriente a pesar de todo, es tan inteligente que a veces me da miedo - rió - le gusta burlarse de mi por todo, pero me apoya, nunca ha dejado de hacerlo. Nunca se ha quejado ¿sabes? Al menos no en voz alta. Ha aceptado que su enfermedad es algo con lo que tiene que vivir pero no está triste por eso, más bien está decepcionada por no poder hacer algo más para que su vida sea igual de increíble que ella. Y le encanta leer, siempre que la visito trato de llevarle un libro nuevo, una ventana al mundo real. Si no fuera por esa enfermedad - hizo un gesto con la cabeza - ella quiere ser escritora pero no puede dedicarle mucho tiempo. Está llena de vida Tae, tanto que...ella no debería estar pasando por esto.