Pigmentación Amarilla 🌻 KooKV

E L

No puedo creer que esto me pase a mi — El pelinegro seguía con la cara pegada a la mesa de la dichosa cafetería.

Ya hombre, no es para tanto — Hoseok a su lado lo miraba mientras aguantaba una carcajada.

¿No es para tanto? ¡Qué vergüenza! — Jeon volvió a tapar su cara.

Oye. No es como si te hubiera encontrado desnudo o algo así — Seok levantó los hombros.

Dios no. ¿Qué cosas hablas Hope? — El menor levantó la cabeza — Aunque tienes razón, que bueno que no me duche ayer y lo hice hoy en la mañana.

¿Tae se quedó ahí? — Pregunto su amigo.

Uh si, él no tiene clases hasta las dos de la tarde — Sintió la mirada pícara de su amigo — ¿Qué?

¿Me pregunto que pasaría si yo aceleró el proceso llamado Tae memories? — Jung sonrió con perspicacia.

¿Tae memories? ¿En serio? ¿No pudiste crear un nombre mejor? — Jungkook rodó los ojos frustrado mientras señalaba a su mayor — Usted hyung es un metido.

Solo deseo tu felicidad, además el nombre suena cool — Miro al pelinegro con ojos brillantes.

Quien dice que yo soy la felicidad de Tae, si bien él es mi felicidad quizás yo no soy la suya — Ho se echó hacia atrás chocando su espalda con el asiento de la cafetería dando un suspiro.

Ugh, eres un exagerado, por supuesto que eres su felicidad — Su mano se dirigió a su propio pecho — Lo percibo aquí, en mi corazón de pato.

El pelinegro hizo una mueca de exasperación golpeando su palma en su propia frente negando repetidas veces en el pensamiento la recóndita idea antes planteada por Hoseok.

Posteriormente hizo una seña al pelirrojo dando a entender que era hora de avanzar hacia su sede, dado que no debían llegar tarde a la asignatura o al menos Jungkook no deseaba ir retrasado.

Sin duda alguna aun consideraba que todo esto era una casualidad, aunque no niega haberla podido evitar si revisaba los papeles de intercambio y quizás así intentar pedir un nuevo traslado; pero eso tardaría tiempo, además interrumpiría el avance de sus materias lo cual para ese entonces sería estresante.

Tal vez debió revisar la ubicación de su cuarto. Intuir que al llegar a mitad de ciclos finales no encontraría habitación en su facultad. En definitiva nada de aquello paso por su mente cuando embarco el tren hasta la universidad. ¡Que jugada tan maravillosa!

Levanto la vista hacia el proyector divisando en una enorme línea de tiempo: La evolución moderna de la robotica , desde Jacques de Vaucanson en 1950 hasta el patrocinio de la National Science Foundation en 1984. Exhaló. Últimamente estaba dejando de lado su proyecto de gráficos interactivos con sensores estimulados para determinar cosas en tiempo real.

Esperaba que al llegar a su dormitorio tuviera cabeza para continuar su experimento de ordenador. Después de todo debía mantener su beca, escribir el marco teórico de su tesis y presentar algo para la exposición de Robotica Industrial, ese era el verdadero propósito de venir aquí. Trataba de convencerse de ello.

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